EFE | LA PRENSA.- El balance general de las inundaciones y corrimientos de tierra ocurridos en Perú se elevó a 145 muertos, 18 desaparecidos, 438 heridos, más de 235.000 damnificados y más de 1,1 millones de personas afectadas, según el más reciente informe del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN).
El embate climático también causó la destrucción de más de 25.000 casas, dejó inhabitables otras 23.000 viviendas y provocó daños de menor consideración en otros 260.000 inmuebles.
Las inundaciones destruyeron además 79 colegios y 25 centros de salud, y dañaron las instalaciones de otras 2.600 escuelas y 840 establecimientos sanitarios.
Con los eventos naturales también quedaron destruidos 4.000 kilómetros de carreteras y más de 420 puentes, aunque la mayoría ya fueron reconstruidos o reparados, mientras que se perdieron unas 30.000 hectáreas de cultivos.
La mayor cantidad de víctimas se encuentra en la costa norte de Perú, donde las regiones de Piura, Lambayeque, La Libertad y Áncash, registraron 66 muertos, 8 desaparecidos, 218 heridos, cerca de 200.000 damnificados y casi 730.000 afectados.
La región más golpeada es Piura, fronteriza con Ecuador, donde se contabilizaron más de 80.000 damnificados, más de 360.000 afectados, unas 5.700 casas destruidas y otras 5.800 que quedaron inhabitables.
Las inundaciones en Perú fueron causadas por el atípico fenómeno de “El Niño costero”, que se manifiesta cuando el calentamiento de las aguas del litoral peruano generan intensas e inusuales lluvias en la costa desértica del país, que devienen en inundaciones y aludes de lodo, conocidos en Perú con el término quechua “huaicos”.
Las precipitaciones se volvieron esporádicas en las últimas semanas y el nivel de los ríos descendió, incluidos los mayores de la Amazonía, por lo que ahora la preocupación de las autoridades está en afrontar las heladas que se registrarán en los Andes peruanos, con mínimas nocturnas cercanas a -20 grados celsius.