En Venezuela se debe diversificar la ganadería y una de las maneras de hacerlo es exportando ganado en canal para que productores puedan generar divisas y empleos. Para lograrlo se requieren dos retos: primero, que el país sea certificado como libre de fiebre aftosa por Panaftosa y segundo, se debe incrementar el rebaño. Édgar Medina, presidente de Fedenaga, sostiene que es necesario importar entre 600 mil y 800 mil vacas jóvenes, para lograr ese cometido.
Actualmente, no hay un registro oficial de cuánto ganado hay en Venezuela, pero Fedenaga estima que podrían existir unas 12 millones de cabezas de ganado, de las cuales hay como 200 mil hembras en edad reproductiva. Proyectan que si en algunos años llega a haber 6 millones de hembras, el país podría tener suficiente capacidad para exportar.


Fedenaga explica la importancia de la exportación
«La carne que producimos en Venezuela se va al mercado interno. Ahorita no tenemos una capacidad exportable grande. Por eso debemos prepararnos. Han venido empresarios de Dubái, las islas del Caribe y China, interesados en la carne venezolana, porque esos países han incrementado el consumo, pero se requiere ser libre de fiebre aftosa», recalcó.
Aunque el Gobierno a través de un convenio directo con Irak ha exportado ganado en pie en los últimos años. Desde Fedenaga plantean que la comercialización se haga en canal, para poder aumentar el empleo, con el desposte de reses.


Ciclo de vacunación
Desde el 1º de noviembre hasta el 15 de diciembre se hará el segundo ciclo de vacunación contra la fiebre aftosa. La meta es que se vacunen 8 millones de bovinos. «El ciclo pasado que fue en mayo y junio, se vacunaron seis millones 300 mil animales. «Hemos hecho alianzas con agropecuarias, para que en más hatos se cumpla con la vacunación», mencionó.
En cuanto al consumo de carne, indicó que este año se estancó en 11.5 kilos per cápita. En 2024 llegó a 12 kilos por persona al año. Uno de los factores ha sido el aumento del precio del kilo de carne en los comercios, que se ubica en $14. «Hay una brecha muy grande, porque el precio de la carne a pie de finca en promedio es 2 dólares el kilo y eso se ha mantenido desde hace año y medio. Los precios en frigoríficos, supermercados y bodegas hace que disminuya el consumo de carne», advirtió.


