El programa «Rotary te hace sonreír» brinda intervenciones gratuitas en el Hospital Rotario de Barquisimeto El programa «Rotary te hace sonreír» brinda intervenciones gratuitas en el Hospital Rotario de Barquisimeto Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- El programa «Rotary te hace sonreír» del Club Rotary Barquisimeto Nueva Segovia se ejecuta en el Hospital Rotario, al oeste de la ciudad, ofreciendo intervenciones gratuitas a niñ;os desde los cuatro meses de nacidos, que presentan labio leporino y paladar hendido, devolviéndoles la sonrisa.
La sonrisa de un niñ;o invita a un mundo de poesías, ese palpitar de energías resumidas en un momento perfecto de la vida. Esa tierna expresión es arrebatada al nacer por la deformación de labio leporino y paladar hendido, que priva de este regalo a los padres ante su prevalencia en 1 por cada 1.000 nacimientos, según la . «Rotary te hace sonreír» ha logrado realizar 436 intervenciones gratuitas desde el añ;o 2007, asumiéndolo como una segunda oportunidad que va más allá de la estética y apoya el bienestar de los más necesitados, se encuentran en un llamado permanente de pacientes a partir de los cuatro meses de nacido, a quienes les corrigen la separación del labio superior.
Además del seguimiento en aquellos casos con mayor complicación del paladar hendido, cuya abertura implica problemas para comer y hablar, así como riesgo de contraer infecciones.
La unión de este voluntariado es vital, son personas preocupadas por la calidad de vida de estos niñ;os que suelen crecer tras las sombras de la baja autoestima, el peso de la indiferencia y muchas veces no escapan al duro golpe de las burlas. Wilfredo Traviezo, presidente de Rotary Barquisimeto Nueva Segovia, extiende la invitación a los familiares para solicitar este tipo de beneficio, no limitativo en edad, pero procurando que sea atendido lo más temprano posible y así evitar dañ;os emocionales y de inseguridad infantil.
Sólo esperan tener de seis a ocho pacientes de Lara o provenientes de estados vecinos, como Zulia, Cojedes y Portuguesa para concretar las intervenciones.
Se planifica de acuerdo a la disponibilidad del equipo de cirujanos maxilofacial, encabezado por el doctor José Bladimir Golaszewski, de Valencia.
Querer es poder
Superan las 570 consultas y estudian cada caso de estas cirugías que suelen durar entre 2 a 4 horas, además de la pertinencia de consecutivas intervenciones para terminar con esa deformación. Es de gran apoyo, al considerar que los beneficiados no disponen de ese monto que va de $7.000 a $8.000 en centros privados.
«Es un proceso largo y que puede extenderse con cambios en rinofaringe, propios de la adolescencia», advierte el doctor, Jorge Sarmiento, coordinador del programa en busca de sonrisas, así como mejorías en el habla y alimentación. Señ;ala de esta deformación que suele presentarse por deficiencia en genes de la madre e incluso por falta de ácido fólico.
Es una satisfacción colectiva que va desde quienes apadrinan a un paciente por $200 y demás colaboradores que permiten garantizar los recursos. También es admirable ese voluntariado especialista, permitiendo un equipo de unos 18 miembros que hacen posible la transformación de niñ;os.
A la madre se le iluminan sus ojos y la alegría se desborda en llanto de agradecimiento. Esa es la expresión inolvidable para este grupo encabezado por Sarmiento. «Es recuperar a ese niñ;o bello y superar la estética, porque su vida cambia y permite más socialización», dice. Menciona complacido de ese vuelco a la verdadera integración y una posibilidad de calidad de vida que se había descartado.
La atención comienza al solicitar el apoyo en el Hospital Rotario, el representante comenta la situación a una trabajadora social. Luego se llena la planilla con todos los datos personales y autorización de los padres, de allí pasan a consulta para la evaluación del doctor, Néstor Heredia, cirujano maxilofacial. A partir de ese momento, sólo esperan ser llamados a quirófano.
«La paz comienza con una sonrisa», tal como destaca la obra de la madre Teresa de Calcuta, esa tranquilidad y cuota de felicidad no tiene precio para los padres. Es la recuperación de ese toque tierno de complacencia de un niñ;o que mejorará su integración entre familiares, amigos y ante un mundo que estuvo opaco y ahora le permite sonreírle a la vida.