LA PRENSA.- El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es un virus que infecta y daña las células que protegen el organismo, las células del sistema inmune. Sin el tratamiento farmacológico adecuado, esta infección produce inmunodeficiencia en el portador, el cual ya no podrá defenderse adecuadamente de los patógenos del ambiente.
Estas singularidades dan pie a que científicos en todo el mundo investiguen posibles curas y tratamientos que permitan controlar la infección de forma diferente a la de los fármacos actuales.
En México esta labor se desarrolla en el Centro de Investigación en Enfermedades Infecciosas (Cieni), donde un grupo de investigadores desarrolla diferentes protocolos de investigación que permitan generar conocimiento que aporte a la búsqueda de una cura a la infección por VIH.
Solamente existe en el mundo un individuo que ha sido “curado del VIH”. Este paciente fue tratado mediante el enfoque que ahora se conoce como cura esterilizante. Este individuo es ahora conocido como el paciente de Berlín y su caso ha sido ampliamente estudiado.
Esta persona recibió un tratamiento intensivo contra la leucemia a través de radioterapia, quimioterapia y otros métodos. Después de ello recibió un trasplante de médula ósea de un donador muy particular. Este donador tenía un tipo de mutación que impedía que el VIH entrara a sus células, la mutación delta 32 de la molécula CCR5.
¿Por qué no se puede curar el VIH?
Los reservorios son la principal causa por la que no se puede curar la infección por VIH, explica en entrevista el biólogo Gonzalo Salgado Montes de Oca, investigador del Cieni, quien dirige la línea de investigación de persistencia y erradicación del VIH.
Estos reservorios son una población de células infectadas con vida media larga, formadas desde los primeros días de la infección, capaces de reactivar el ciclo de replicación después de suspender el tratamiento antirretroviral.
La existencia de células que funcionan como reservorio del VIH se descubrió desde los primeros años del uso de los fármacos antirretrovirales, cuando se observó que en la mayoría de las personas que suspenden el tratamiento, el virus podía ser detectado nuevamente dentro de los primeros 15 a 30 días.
Es importante mencionar que el tratamiento antirretroviral no logra reducir el reservorio de manera significativa, aun en pacientes con más de nueve años de tratamiento.
Las investigaciones al respecto arrojaron que existía un grupo de células que a pesar del tratamiento farmacológico permanecían infectadas debido a sus características naturales.
El VIH infecta principalmente un tipo de células del sistema inmunológico llamadas linfocitos T CD4+. El virus logra integrar su material genético en el genoma de la célula huésped, y después de que esto ocurre no hay forma de que los fármacos antirretrovirales o el sistema inmunológico identifiquen el material genético del virus que está integrado a la célula y lo combatan.
Con Información de CONACYT