LA PRENSA DE LARA.- JACKIE Robinson fue el precursor del rompimiento de la barrera racial. Sobre él, con toda justicia, recaen los honores del hecho más significativo que ha tenido el beisbol de Grandes Ligas. El debut de Robinson el 15 de abril de 1947 antecedió el estreno de alguien que también debió luchar contra circunstancias muy difíciles. Hablamos de Larry Doby, comprado en julio 3 de 1947de los Newark Eagles por los Indios de Cleveland, cuyo propietario era el reputado Bill Veeck, uno de los innovadores del juego. En las Ligas Negras no había mostrado todo el poder jonronero que luego ofreció tras ser el primer negro en pisar terrenos de la Liga Americana. Había nacido el 13 de diciembre de 1923 y era hijo de un cuidador de caballos. Debutó el 5 de julio de 1947 tomando un turno al bate ante los Medias Blancas de Chicago, equipo en el cual fue compañ;ero de nuestro Luis Aparicio en los torneos de 1956-1957… OCHO veces, Doby disparó más de veinte cuadrangulares y en cuatro ocasiones sobró los cien remolques, liderando el circuito con 126 en 1954. Estuvo activo hasta 1959 cuando se despidió con el uniforme de los Tigres de Detroit. Empujó un total de 1.099 rayitas con 273 para los bleachers y average vitalicio de .288. Su trajinar en las Mayores se extendió hasta 1978 porque fue designado por un añ;o como piloto de los patiblancos. Doby se mostró como un atleta completo y practicó hasta cuatro disciplinas, entre ellas el fútbol americano. Le tocó, como a Robinson, soportar muchos vejámenes. Su carácter retraído lo ayudó. Para obtener ciertos beneficios utilizó un seudónimo, Larry Walker, durante algún tiempo. Se cumplen 75 añ;os de su debut en la Americana. Un personaje que de alguna manera pasa algo inadvertido en la historia.
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ESTÁ de moda que los infielders, jardineros y catchers sean llamados a la lomita en juegos abiertos. El espectáculo beisbolero siempre está cambiando. Lo que antes era una rareza, algo fortuito, ahora es de frecuente uso. Parecen ser nuestros paisanos los más dispuestos a trepar el montículo en cada oportunidad. El martes tres criollos trabajaron de manera imprevista. Sandy León dejó los aperos de catcher y se atareó en dos innings sin tropiezo alguno cuando los Guardianes eran vapuleados por los Tigres. Nadie se le embasó y retiró en línea a los seis oponentes. Del lado felino respondieron colocando a Harold Castro como tirador de cierre, aceptando una carrera y dos hits. Otro que tuvo acción como serpentinero no programado fue Alcides Escobar. Los decaídos Nacionales eran vapuleados 11-0 por los Filis y el guaireñ;o entró para sofocar el ataque, tolerando solo un inatrapable en un acto de labor. La fama de utilitys de los nuestros sigue creciendo…;…;
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