Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA – Según el Observatorio Venezolano de Finanzas de la Asamblea Nacional (AN), electa en 2015, la inflación en el mes de enero de este año, se ubicó en 55,2%. Una cifra que representa más del doble de la tasa de inflación que registró el país en diciembre de 2020, que fue de 21.2%, a pesar de ser el mes que históricamente era el de mayor consumo en Venezuela. Economistas explican que hay dos causas que están disparando los precios de los productos y servicios en el mercado, y son: la depreciación del tipo de cambio, es decir, la pérdida del valor del bolívar con respecto al dólar a causa de la hiperinflación, y las erradas políticas económicas que continúa aplicando el Gobierno y el Banco Central de Venezuela (BCV), al seguir emitiendo dinero inorgánico para financiar el gasto público y a PDVSA, violando el artículo 320 de la Constitución.
El parlamentario opositor Ángel Alvarado, precisó que con este inicio de año, tan lamentable para los venezolanos que siguen perdiendo poder adquisitivo y estancados en la pobreza, para determinar cuándo Venezuela podría salir de la hiperinflación, habrá que esperar hasta enero de 2022. Según la teoría económica de Philip Cagan, que dio a conocer en 1956, para que una nación salga de hiperinflación debe tener 12 meses consecutivos con una tasa de inflación por debajo del 50%.
«Se tiene este resultado porque el tipo de cambio después de la segunda quincena de noviembre y durante todo el mes de diciembre, estuvo alrededor de 900 mil y un millón de bolívares por dólar aproximadamente, bastante estable. Eso encareció mucho la vida en dólares durante el mes de diciembre y cuando arrancó enero este tipo de cambio se disparó. Pasó de un millón a comienzos de mes, a casi 1.800.000 bolívares al finalizar enero. Eso generó una variación del tipo de cambio de 64% y disparó los precios de casi todos los bienes de la canasta alimentaria», Explicó Alvarado.
Señalando que los rubros de esparcimiento fueron los que más aumentaron en un mes, 312,7%; seguidos de los rubros de salud, 70,9%; restaurantes y hoteles que aumentaron en enero 70,3%; de cuarto lugar están los alimentos y bebidas no alcohólicas cuyo aumento fue de 58,1%; vestido y calzado 69,8%; transporte 67,4%; bienes y servicios diversos 60%; alquiler y vivienda 34,4%; rubro de equipamiento del hogar 36,8%; servicios 26,1%. Los que registraron menos inflación fueron los servicios de comunicación con 9,3% y educación 3,2%.
La canasta alimentaria de 80 productos que registró la AN tuvo un precio en enero de 250 dólares, lo que es igual a 423 millones de bolívares. Si se toma en cuenta el salario que están recibiendo más de cuatro millones de jubilados y pensionados del país, 1.200.000 bolívares, este sector de la población puede adquirir solamente 0,57% de la canasta alimentaria. Necesitan 352 salarios mínimos para pagar la canasta alimentaria completa.
«No hay voluntad política por parte de Nicolás Maduro ni del BCV de resolver el problema hiperinflacionario del país, y eso es sumamente grave porque la hiperinflación es lo que le preocupa a los venezolanos. Maduro anunció la Ley Antibloqueo, está privatizando empresas, pero está relegando el trabajo de los venezolanos a la supervivencia y a la miseria. No hay acciones económicas para el pueblo trabajador ni para recuperar el valor del bolívar», apuntó Alvarado.
A pesar que cada artículo en el mercado está fijado en dólares, los precios no han dejado de aumentar, y esto se debe a que la oferta está dolarizada pero el salario del 94% de la población sigue siendo en bolívares. «Sólo 6% de los venezolanos (1.680.000 personas aproximadamente), tienen cuentas o acceso a dólares como patrimonio o como ingreso corriente. La gran mayoría no tiene acceso a divisas. El 70% de las transacciones en divisas que se están registrando en el mercado están siendo impulsadas por ese porcentaje de la población, el resto del país no tiene cuentas en dólares, no ahorra, ni tiene un salario en divisas extranjeras, por lo tanto tiene un nivel de vida miserable», puntualizó Alvarado.
El economista Jesús Casique, informó que con estos datos Venezuela entró al mes 39 de hiperinflación, en julio de este año Venezuela igualará a Grecia, el segundo país del mundo con más larga hiperinflación al registrar 44 meses. El primer país con más larga hiperinflación del mundo es Nicaragua que tuvo 63 meses.
Se les va la vida
Cecilio Pérez, labora como médico integral comunitario en el ambulatorio de La Carucieña, pero los días que no tiene guardia vende repuestos usados en un puesto improvisado ubicado en el barrio 5 de Julio al oeste de Barquisimeto. Asegura que como galeno trabajando hasta 30 horas por guardia su sueldo al mes no supera los 15 millones de bolívares. «Me he visto en la necesidad de recurrir a la economía informal para darle de comer a mis dos hijas menores de 10 años y a mi esposa que es educadora en una escuela pública, pero gana tan mal como yo», soltó.
Refirió que los repuestos no se venden mucho, pero el día que logra un cliente los ingresos pueden variar entre los cinco y 15 dólares. «También laboro ofreciendo consultas privadas a domicilio, atendiendo a pacientes con COVID 19, cobrando 20 dólares». Pérez desde que inició la pandemia ha notado que hasta los ingresos que percibe en dólares se le vuelven sal y agua, indicó que su alimentación consiste en comer casi a diario caraotas negras, arroz y arepa. La carne roja, el pollo, las frutas y verduras representan un lujo para su familia.
«El salario mínimo está pulverizado en Venezuela, en revolución van 53 incrementos salariales. Maduro en siete años ha incrementado 31 veces el salario y al final lo ha acabado, a pesar que le imputa al salario toda una serie de beneficios como las cajas CLAP y los bonos vía carnet de la patria», expresó Jesús Casique, economista.
Recordó que el Banco Mundial ha establecido que una persona que perciba menos de 1.90 dólares diarios vive en pobreza extrema, el 79,3% del país según la Encuesta Condiciones de Vida (ENCOVI), que realiza la UCAB, UCV y la Universidad Simón Bolívar. «Los salarios tienen que ser aumentados por productividad, no por indexación», resaltó.
Advirtió que cada vez los venezolanos necesitan más cantidad de dólares para comprar los productos de primera necesidad. «Con 100 dólares hace un año usted compraba 10 productos, ahora se compran cuatro productos aproximadamente. Las personas tienen que hacer una erogación al mismo nivel del tipo de cambio actual para comprar la misma cantidad que el año pasado, o castigar su consumo comprando menos. Esto es producto de la hiperinflación, la depreciación cambiaria y todo este desorden que tenemos en política monetaria, cambiaria y fiscal de Venezuela», comentó el economista.
Banco Central guarda silencio& ;
La última vez que BCV, emitió cifras de inflación fue en septiembre de 2020. Según el economista Jesús Casique esta institución está en la obligación de revelar estas cifras antes del 15 de febrero, porque de acuerdo al Código Orgánico Tributario debe haber un incremento de la Unidad Tributaria y eso se calcula de acuerdo a la inflación registrada.
Resaltó que Venezuela es el único país del mundo que está atravesando hiperinflación y según el FMI, el país estima que la inflación al finalizar el 2021 cerrará en 6.500%. «Yo no creo que lleguemos a esos niveles, para mí cerrará en 1240%», expresó.
Inflación la frena la producción& ;
El economista Naudy Pereira, explicó que hay dos medidas que debe aplicar el país para detener la hiperinflación. La primera es aumentar la producción nacional. «Hay escasez de bienes y servicios, lo ha dicho Fedeagro, Fedecámaras. Venezuela en 2020 produjo la mima cantidad de alimentos que hace medio siglo, en la medida que no haya producción de bienes y servicios, en esa medida aumentan los precios de los productos», comentó.& ;
La segunda solución que causará efectos inmediatos en la hiperinflación es frenar la emisión de dinero inorgánico sin respaldo en las reservas internacionales ni en el Producto Interno Bruto (PIB).