El Gobierno de Venezuela ha prohibido por un período de 30 días, que puede ser prorrogable, la compra, venta, fabricación, importación, distribución, instrucción y registro de drones y aeromodelos en todo el país. La medida, que entró en vigencia el 18 de agosto con su publicación en la Gaceta Oficial N° 6.927, también suspende todas las operaciones de vuelo de estos aparatos.
El Ministerio de Transporte informó que la resolución aplica a todas las aeronaves pilotadas a distancia, tanto las que son «remotamente pilotadas o no pilotadas», así como a sus partes y componentes. El Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC) será el encargado de velar por el cumplimiento de esta directriz y podrá resolver cualquier aspecto no previsto en la normativa.


Aunque el gobierno no ha ofrecido una justificación oficial, la medida coincide con el anuncio del presidente Nicolás Maduro sobre el despliegue de 4,5 millones de milicianos en todo el territorio nacional. Maduro indicó que el despliegue forma parte de un «plan de paz» y llamó a las milicias a estar «preparadas, activadas y armadas».
Este despliegue militar se produce en medio de un aumento de la presencia de fuerzas estadounidenses en las aguas de Latinoamérica y el Caribe. El pasado viernes, la cadena CNN informó que Estados Unidos ha comenzado a desplegar a 4,000 agentes, principalmente infantes de Marina, junto con aviones, barcos y lanzamisiles, con el objetivo de combatir a los carteles del narcotráfico en la región.
El ministro de Interior y Justicia de Venezuela, Diosdado Cabello, aseguró que las autoridades locales también están desplegadas en las aguas del país en respuesta a la situación. Aunque no se ha confirmado un vínculo directo entre la prohibición de drones y los movimientos militares de ambos países, los eventos sugieren un aumento de las tensiones en la región.