EFE | LA PRENSA DE LARA.- A 55 kilómetros de Madrid, la capital española, está Guadalajara, la ciudad en la que el cubano Iván Pedroso tiene su factoría de talentos y de campeones. Su alumna más aventajada, la venezolana Yulimar Rojas, ha igualado en Budapest con cuatro títulos de campeona del mundo de triple salto a su maestro.
En verano de 2015, Iván Pedroso, que por entonces ya estaba entrenando en Guadalajara a atletas como el francés Teddy Tamgho o la española Ruth Ndoumbé, recibió por Facebook un mensaje desde Caracas. Lo escribía Yulimar Rojas, una joven venezolana que quería ser atleta profesional, soñaba en grande y estaba dispuesta a cruzar el Océano Atlántico para que la entrenara el cubano.& ;
Pedroso, que ya había oído algo de ella, aceptó. Comenzaron a trabajar juntos y en 2016, en Portland (Estados Unidos), el 19 de marzo, la venezolana sorprendió ganando el Mundial de pista cubierta con 14.41. Cinco meses después, el 14 de agosto, en Río de Janeiro, dejó patente con la medalla de plata, y un salto de 14.98, que lo suyo no era casualidad, que no era atleta de un solo éxito. Había llegado para quedarse.
Así se empezó a escribir la historia de Yulimar Rojas con Iván Pedroso, un portento como atleta que ha demostrado ser igual de bueno saltando que entrenando. En su palmarés como saltador de longitud tiene un oro olímpico (Sydney 2000), cuatro mundiales al aire libre (Goteborg’95, Atenas’97, Sevilla’99 y Edmonton 2001) y cinco mundiales de pista cubierta (Toronto’93, Barcelona’95, París’97, Maebashi’99 y Lisboa 2001).
Con su victoria en Budapest, Yulimar Rojas, de 1,92 metros de altura e hija de un boxeador, ha igualado al maestro, a su mentor, a la persona que ha ido puliendo día a día la estirpe de campeona y leyenda en la pista Fuente de la Niña de Guadalajara.
Yulimar Rojas ganó en Londres 2017 con un mejor salto de 14,91 metros, en Doha con uno de 15,37, en Oregón con 15,47 y en Budapest con 15.08, en un concurso que no olvidará nunca puesto que se jugó todo a una carta, el último salto.& ;
«Solo me interesan los atletas que tienen hambre, los que demuestran ambición por mejorar e ir a más y Yullimar parece que ha llegado un momento en el que compite contra sí misma», ha declarado en reiteradas ocasiones Pedroso, excepcional atleta, que aprendió de los métodos de su entrenador, Milan Matos, mirando a Estados Unidos y Rusia pero adaptando su talento a la factoría cubana.
Pedroso es el artífice de los éxitos de ese grupo de trabajo que tiene en Guadalajara y en el que Yulimar Rojas es la cabeza más visible y también la líder del equipo con el beneplácito del cubano, que la ha dado ese rol. De ese grupo forman parte también Ana Peleteiro, Jordan Díaz y Fátima Diame y Tessy Ebosele, las dos españolas finalistas en el Mundial de Budapest en longitud.
Yulimar, a sus 27 años, posee un palmarés que pocos atletas tienen. En su vitrina de trofeos hay un oro (Tokio 2020) y una plata olímpica (Río de Janeiro 2016), cuatro mundiales al aire libre (Londres 2017, Doha 2019, Eugene 2022 y Budapest 2023), tres mundiales en pista cubierta (Portland 2016, Birmingham 2018 y Belgrado 2022) y dos Ligas Diamante (2021 y 2022).
Su próximo trofeo no quiere que sea una medalla. La venezolana persigue batir el récord mundial que ella misma posee (15.74). De los 14.91 metros con los que ganó en Río de Janeiro a la marca que tiene actualmente hay 83 centímetros de mejora. Siete años de lucha, de sacrificio, de espíritu de superación. Aún así, más allá del récord está la mítica distancia de 16 metros.& ;
«Llegar a dieciséis metros es mi sueño, es lo que deseo y sé que lo voy a conseguir pero no sé si hoy o mañana. Sé que estoy destinada a eso y que nací para cosas grandes. Lo tengo bastante claro«, declara Yulimar.
Mientras tanto, en el libro de oro de la historia del atletismo, Yulimar Rojas tiene un nombre entre las grandes. Y sigue coleccionando medallas.
Información: EFE, Budapest, 25 ago.