Ismar Álvarez G. | LA PRENSA DE LARA.- Los profesores universitarios han visto como durante los últimos años su calidad de vida ha ido desmejorando. Según la profesora Jacqueline Richter, titular a dedicación exclusiva de la Universidad Central de Venezuela (UCV), estos docentes viven una época de «absoluta miseria, hambre y muerte».
Durante un foro realizado este jueves por el Observatorio de Universidades (OBU), Richter, junto a la profesora Keta Stephany, secretaria de información de la Federación de Asociaciones de Profesores Universitarios de Venezuela (FAPUV), conversaron sobre la situación de los docentes universitarios en el país, reflejando los principales retos de los profesionales en su labor.
Las docentes señalaron que en la actualidad, los profesores sufren un desgaste mayor al impartir las cátedras.
«Se trabaja más ahora que hace 20 años» indicó Richter al comunicar que los profesores pueden pasar hasta más de 12 horas frente a una computadora al dar clases, realizando jornadas «interminables». «Nos estamos autoexplotando» sentenció, al destacar que solo cumpliendo más horas de las normales, pueden aumentar sus ingresos, que de igual manera resultan insuficientes para vivir.
La docente además lamentó casos de colegas, que han muerto en condiciones deplorables. Recordó el caso de un profesor de la UCV, quien recientemente falleció por complicaciones asociadas al coronavirus, sin embargo, enfatizó que en su muerte temprana contribuyó el mal estado en el que se encontraba.
«Lo vi en los pasillos de la UCV, iba muy despacio, con la ropa y zapatos muy gastados, nunca pensé que el colega llevaba tres días sin comer, lo agarró el COVID y días después falleció (…), Si estuviera bien alimentado y no desnutrido, la probabilidad de que te mate el virus es menor» dijo.
Por su parte, la profesora Keta Stephany acusó al Estado de «abaratar la educación», percibiendo unos 11 dólares como salario mensual. «Esta es una política dirigida a abaratar la educación (…) Hay limitación de libertad sindical, no negocian contigo, negocian con un representante que no representa a nadie en las universidades» dijo. Agregó que ahora, la docencia está financiada por los mismos universitarios.
«El espíritu universitario es el que sostiene a las universidades, el que las mantiene funcionando» aseveró Stephany, quien mencionó que los docentes son creadores de conocimiento, por lo que se mantienen en el país laborando en pro del saber. Asimismo indicó que esta vocación también se encuentra en los profesionales que decidieron partir del país, asegurando que en Venezuela «es imposible continuar desarrollando el área que ellos querían, se van siguiendo su vocación» expresó.