Euseglimar González | LA PRENSA.- Sin titubear ni mediar palabras. Un tipo con pistola en mano irrumpió la casa de la familia Gil y les disparó a todos los miembros. Dos hermanos fueron asesinados y la madre de los jóvenes y un hermano menor resultaron heridos.
Cuentan que dentro de la vivienda de la familia Gil, en la calle 3A de El Potrerito de El Cercado estaban José Alexander Durán Gil (26); dos menores, uno de 17 y otro de 15 y la madre de ellos Yoselín Coromoto Gil Abarca (48). Detallan los vecinos que a las 10:00 de la mañana escucharon más de cinco tiros. Nadie salió por miedo, pero algunos vieron a un tipo salir de la casa.
Relatan que era un hombre que no pasaba de 30 años, llevaba una pistola en la mano, iba con la mirada hacia el piso, no corrió, pero sí daba pasos largos por la carretera de tierra hasta que se perdió de vista. Familiares de las víctimas que viven cerca de la casa corrieron a ver qué era lo que pasaba y vieron a todos heridos en la sala de la casa.
Alexander y su hermano de 17 años estaban muertos. Recibieron múltiples disparos en todo su cuerpo. Mientras que Yoselín tenía varios impactos de balas en el pecho, pero estaba con vida y el otro menor, de 15 años, estaba en shock no sabía qué hacer. El sólo tenía un tiro rasante en la mano.
A Yoselín la trasladaron de inmediato hasta el Hospital Militar, pero de allí la refirieron al Hospital Central Antonio María Pineda en donde permanece recluida. Se conoció que su estado es delicado por los impactos de bala que recibió. En la tarde supuestamente le iban a drenar un pulmón.
Aunque ayer un familiar llegó a la escena del crimen y contó a un grupo de parientes que Yoselín estaba bien, pero que permanecía en observación.
¡No, no, no, por qué, qué fue lo que pasó! ¡Si yo me fui ayer y los dejé a ellos tranquilos!”, gritaba una mujer desesperada y lloraba mientras que abrazaba a otra mujer.
Al sitio del suceso llegaron funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y Polilara, minutos después del hecho para resguardar el sitio. Allegados a la familia contaron que presumen que la madre de los jóvenes se metió para tratar de evitar que mataran a sus muchachos y fue cuando fue tiroteada.
Los vecinos estaban asombrados por lo que había pasado. Aseguraron que en el sector se cometían a diario robos de residencias, pero nunca habían matado a alguien.
“Escuché los tiros y aquí varios vieron cómo el tipo salió como si nada de la casa, pero nadie salió de sus casas, imagínense no hubieran sido dos muertos, si no más. Dicen que nadie le vio la cara y si lograron vérsela no van a hablar”, soltó una vecina del sector.
Funcionarios del Eje de Homicidios del Cicpc llegaron horas después para hacer el levantamiento de los cuerpos. Los cadáveres quedaron en la sala bañados en sangre. Los detectives colectaron las evidencias y comenzaron con las investigaciones. Se pudo conocer que el móvil del doble homicidio sería el de ajuste de cuentas.
Los cuerpos fueron trasladados hasta la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda.
Era candela
Se pudo conocer por fuentes policiales y la de los vecinos, que uno de los muertos era candela. Supuestamente estaba involucrado en varios robos.
Fuentes aseguraron que el menor que resultó muerto, presuntamente era mala conducta. Los vecinos contaron que varias veces veían a funcionarios cuando buscaban al chamo, al parecer para detenerlo, pero esta versión no fue confirmada.
Los familiares de los jóvenes estaban destrozados por la pérdida y no quisieron hablar sobre lo que había ocurrido.