Anaís Mendoza | LA PRENSA.- “No hacía caso”. La terquedad de un mecánico de motos, lo llevó a la muerte. Francisco José Goyo Rodríguez (23), murió tras estrellarse en su moto a las 3 de madrugada de ayer en el sector El Hato en la vía hacia Quíbor, municipio Jiménez.Como lo hacía todos los fines de semana, Francisco salía de su casa en el sector El Vigía de Quíbor y se dirigía hacia varios centros nocturnos cercanos al lugar.
El sábado en la noche se fue a tomar unas cervecitas en el club La Vaca Mocha, ubicado a casi 1 kilómetro de El Hato. Estuvo ahí hasta casi las tres de la mañana. Luego de pasar el momento entre amigos, salió del local, encendió su moto y pasados de tragos se marchó con destino a su casa.
Al parecer, iba muy ebrio y en un punto de la carretera se encontró con una “ye” que divide a la vía y chocó de frente con una capilla que está en ese sector de la vía que hace referencia a personas que mueren en accidentes viales.
Los allegados destacaron que esa carretera es muy peligrosa porque conecta a Quíbor con El Tocuyo y por esa zona donde chocó Francisco hay poca iluminación. Tras el duro golpe el chamo murió en el acto. El cuerpo fue trasladado ayer en la mañana a la morgue. Uno de los hermanos, aseguró que se cansaron de aconsejarlo para que no tomara tanto, pues apenas llegaba los viernes se iba a la calle y la familia temía que le pasara algo.
El joven se negaba a escuchar los consejos. “Temíamos que le pasara algo, pero cuando llegaba los viernes se ponía loco”, se lamentó el hermano. A su vez el hombre piel blanca dijo que se cansaron de aconsejarlo, pero el joven decía que nada malo iba ha pasarle.Algunas veces iba en compañía de sus amigos, pero el sábado decidió marcharse solo.
Mecánico
Francisco tenía un local en su casa donde se ganaba la vida como mecánico. Le gustaban las motos y por eso se dedicó a arreglarlas desde que era joven Los hermanos detallaron que Francisco era el sexto de 9 hermanos y deja huérfanos a tres hijos.