Lorena Rojas | LA PRENSA DE LARA.- La falta de alimentos apagó su vida. Marcelino Contreras Camargo, de 65 años, recluso de la Comunidad Penitenciaria Fénix-Lara, murió el domingo en la tarde por desnutrición, pues desde enero lo único que comía en el penal eran conchas de mango y de cambur que otros reos tiraban a la basura.
El cadáver de Marcelino ingresó a la morgue del Hospital Central el domingo y fue reconocido por sus familiares tras pasar 3 días, debido a que su familia al igual que él, son oriundos de Ciudad Guayana, Estado Bolívar, por lo que no se habían podido trasladar.
Se pudo conocer por sus familiares, quienes se encontraban a los alrededores de la morgue haciendo el papeleo correspondiente para retirar el cuerpo, que Marcelino desde enero venía presentando un agudo cuadro de desnutrición, debido a que ellos no podían trasladarse hasta la entidad para traerle alimentos.
«Él nos pedía dinero para alimentarse, pero igual estaba desnutrido. El viernes nos avisaron que se había caído y se golpeó el rostro, pero del penal no lo trasladaron al hospital, luego nos avisaron que ya se había muerto», dijo una de las familiares.
El cuerpo de Marcelino iba a ser trasladado hasta Valles del Tuy, donde tiene otros familiares y donde le darían la cristiana sepultura.
16 reos muertos
En lo que va del año 2021, 16 reclusos han fallecido, de los cuales doce estaban recluidos en Fénix, mientras de Uribana solo han muerto dos y en los calabozos policiales y militares se registraron también dos.
El último recluso que falleció se trató de Alexander Alvarado Fernández, de 32 años, quién tenía varios meses enfermo y presumen que la causa de muerte haya sido la tuberculosis, aunque también estaba desnutrido.
De esta cifra 10 han muerto a causa de la tuberculosis, una enfermedad que han venido denunciado los familiares de los reclusos en varias oportunidades.