Euseglimar González | LA PRENSA.- ¡Ay Dios Santo, cómo quedó ese señor!”, dijo una mujer mientras se tapaba la cara con sus manos y veía con asombro el cuerpo de un viejito que fue arrollado ayer en la madrugada por la entrada del barrio El Tostao en la avenida Florencio Jiménez.
Expedito Antonio Mendoza, de 65 años, fue arrollado justo frente al local de la chicharronera de El Tostao, supuestamente por un camión que se dio a la fuga. Cuentan algunos testigos que el hecho ocurrió unos minutos antes de las 6:00 de la mañana. Expedito era vigilante de la chicharronera, al parecer el anciano decidió irse a su casa y cuando estaba cruzando la avenida en sentido este-oeste fue embestido por el camión, dicen que el conductor frenó, pero como venía a “todo lo que daba” se llevó por delante al hombre y lo arrastró unos 50 metros. El conductor se dio a la fuga.
Tras el arrollamiento, el hombre quedó tendido en la vía cerca de la isla, y más carros siguieron pasándole por encima hasta el punto de casi desintegrarle el cuerpo. La cabeza del señor quedó extirpada, al igual que el torso y piernas. La terrible escena la tuvieron que vivir los comerciantes que hacen vida a diario en la avenida. El cuerpo del hombre quedó en el medio de la calle, vecinos de la zona salieron para ver qué había pasado, pero cuando se acercaron no pudieron hacer nada, sólo colocarle una sábana para tapar el cadáver.
Alrededor del cuerpo, que estaba tapado, se podían observar pedazos de carne humana. De inmediato, las personas llamaron a los funcionarios de la Policía de Tránsito para que llegaran a la escena del crimen. El propietario del local y jefe de Expedito comentó que el señor era muy alegre y que siempre lo esperaba a que llegara para irse a su casa. “No sé porqué decidió irse antes o quizá iba a comprar algo”, sostuvo el comerciante.
La familia de Expedito llegó dos horas después al sitio para reconocer el cuerpo. Primero llegaron unos primos y un sobrino del sexagenario. Corrieron al menos una cuadra cuando vieron el bululú de gente y el cadáver tapado, cuando lo destaparon su cara fue de impresión y al mismo tiempo dolor al ver cómo había quedado el señor. “¡Ay, no, no!”, decía un familiar del anciano, mientras abrazaba a un joven y le decía que sí era él. La triste escena también la tuvieron que vivir los hijos del hombre cuando llegaron.
Expedito era de Villa Nueva, en Morán, y cuenta el propietario del local que estos días estaba muy feliz porque se iba a ir a su pueblo por año nuevo para reencontrarse con sus familiares. “Estaba tan contento porque había arreglado su moto para irse al campo y ahora un carro le arrebató la vida”, lamentó el jefe del viejito. Se pudo conocer que el hombre residía en el sector Los Naranjos del barrio El Tostao, en donde vivía con su hijo mayor. Expedito tenía sólo dos hijos, una mujer y un hombre.
“Mi papá tenía tres años viviendo en Barquisimeto desde que se vino del campo. Hacía muchos años que trabajaba como vigilante”, sostuvo Néstor Mendoza, hijo de la víctima.
Crece la imprudencia
La imprudencia de los conductores crece cada día, el exceso de velocidad e inconsciencia ha cobrado varias vidas en Lara. “Los carros pasan volando por la avenida y los conductores no se percatan de los peatones, por eso es que se llevan a los ancianos porque su paso es más lento”, soltó una dama que estaba ayer en el sitio en donde fue arrollado Expedito.
Vecinos y comerciantes atribuyeron el arrollamiento a la falta de alumbrado en la zona, pues dicen que la vía es muy oscura.