Euseglimar González | LA PRENSA.- “Me lo mataron como un perro. ¿Por qué Dios? ¡Ay, mi hijo!”, gritaba la madre de Yhonnier Enrique Rodríguez Márquez, de 21 años, asesinado ayer en la madrugada en la parte baja de El Trompillo.
Yhonnier estaba por el sector Los Girasoles en El Trompillo, a la 1:00 de la madrugada iba caminando por la calle, en ese momento, supuestamente, un tipo apareció sorpresivamente y sin mediar palabras le disparó en la frente. El muchacho cayó al suelo y minutos después murió, mientras que el matón huyó de la escena. Los vecinos no lograron ver nada por la oscuridad, sólo escucharon la detonación.
Minutos después, la madre del joven llegó hasta donde estaba el cuerpo y no creía que se trataba de su muchacho. Un allegado de la familia contó que la madre lo reconoció al verle sus pies y en ese momento se desplomó y lloraba con desesperación.
Funcionarios del Eje de Homicidios del Cicpc llegaron la madrugada de ayer hasta la escena del crimen para colectar las evidencias y hacer el levantamiento del cuerpo. Los “petejotas” aún no tienen un móvil sobre el asesinato.
Me mataron a mi muchacho. Yo tenía la esperanza de que no era él”, decía ayer la madre del joven en los alrededores de la morgue.
Los familiares estaban ayer en las adyacencias de la morgue del Hospital Central Antonio María Pineda y lloraban desconsolados. La madre se hincó en el piso y abrazaba las piernas de una dama. Se lamentaba por lo sucedido y sólo pedía que cuando el cuerpo de su hijo fuera entregado se lo dejaran ver para ella tocarlo por última vez.
Yhonnier trabajaba como mecánico con el papá, pero vivía con su esposa e hijo cerca de donde lo mataron. Los familiares no quisieron dar mayores detalles sobre lo sucedido.
Se conoció que Yhonnier era el mayor de dos hermanos, dentro del matrimonio, pues por parte de papá tiene más hermanos. El joven deja huérfanos a dos niños. Al mediodía, el cuerpo de Yhonnier fue entregado a sus familiares.
Vecinos de la comunidad en donde asesinaron al chamo contaron que la zona es muy peligrosa y que los choros hacen de las suyas. Aunque algunos señalaron que al muchacho no lo robaron, supuestamente, le dispararon por “líos” entre ellos.