Euseglimar González | LA PRENSA.- Desnudo y con la mirada perdida estaba en el piso Héctor Sierralta (27) quien quedó malherido luego de ser impactado por un autobús de la UCLA ayer a las 11:50 de la mañana.
Según testigos, el transporte no lo arrolló pues aseguran que el chamo se le lanzó para que lo golpeara. Cuentan que Héctor estuvo caminado desde la redoma de Agua Viva y hasta justo en frente de la urbanización Roca del Valle donde se sentó en uno de los brocales del acceso principal a este conjunto residencial. Detallan que Héctor tenía en sus manos una palma con la que se flagelaba por la espalda. Ramazos iban y venían mientras el chamo hablaba solo.
Pasadas las 12:00 de la tarde un autobús de la UCLA iba pasando por la zona cuando Héctor se paró donde estaba sentado y se lanzó al canal donde circulaba el transporte. El conductor, sin poder frenar, lo golpeó y lo arrastró unos 10 metros.
Héctor sufrió golpes en la cabeza, abdomen y tenía raspones en las nalgas. El vigilante de la urbanización corrió a auxiliarlo, pero supuestamente el joven se puso agresivo. A los minutos llegaron otros vecinos y llamaron a la ambulancia, pero nunca llegó.
Héctor no hablaba, poco se movía. Debajo de su cabeza había sangre. Un vecino le colocó una sábana para taparlo, mientras lo auxiliaban. Pasó más de una hora y al sitio no llegaba una ambulancia hasta que llegaron Policías de Tránsito y trasladaron al joven en una furgoneta.
“Es mejor que se lo lleven ahí, porque si tardamos esperando una ambulancia más tiempo, se puede morir aquí”, soltó un hombre.