Joelis Sosa | LA PRENSA.- Boca abajo, amarrado, repleto de sangre y pidiendo que no lo golpearan más, así se encontraba Javier Manuel Núñez Requena, alías el “Pipí”, de 36 años de edad, quien fue linchado la tarde de ayer en la avenida Libertador, con José Gil Fortoul por al menos seis hombres, quienes aseguraban que el hombre intentó robar en una casa de la vereda 4 del urbanismo.
Vecinos señalan que Núñez entró a la casa con un cuchillo, donde estaban dos niñas una de cuatro años y otra de siete a las que el hombre amenazó con apuñalarlas si no les daban los teléfonos, afirman que también le tocó las partes íntimas a una de las pequeñas; en el hogar se encontraban dos adultos en la parte del patio, que al escuchar a las niñas gritar salieron a ver qué pasaba, allí el “Pipí” salió corriendo, pero no se escapó de las manos de los vecinos quienes tomaron la justicia con sus manos.
Le amarraron sus piernas con su propio pantalón y los brazos con el cordón de sus zapatos, el hombre quedó sin franela y en short. Entre tres vecinos lo golpearon, por las costillas, y cara, dejándole fuertes fracturas. Al lugar llegó una de sus sobrinas quien pedía ayuda. “Tío qué te hicieron, ayúdenme por favor”, gritaba sin cesar la mujer, a los minutos llegó la hermana de Núñez que le quito el cordón de las manos y lo levantó con ayuda de un hombre, lo cargaron hasta llevarlo al otro extremo de la avenida.
Los familiares del “Pipí”, pidieron durante unos treinta minutos, se le atravesaban a los carros, pero nadie se detenía, sólo le dieron agua. Luego de tanta insistencia pudieron trasladarlo al Hospital Central en una camioneta blanca que se detuvo porque muchos se le atravesaron.