Jennifer Orozco | LA PRENSA.- El dolor por la pérdida de su ser querido se agudizó luego de que pasaran 24 horas tratando de trasladarlo a la morgue para poder velarlo y darle cristiana sepultura.
Miguel Salvador Garrido, de 66 años, salió de su casa en el centro de Tamaca, al norte de Barquisimeto, para ir a comprar un kilo de azúcar a un supermercado frente a la cachapera Divina Pastora.
Eran las 7:00 de la noche del domingo. Miguel no vio que un carro venía hacia él y el chofer del vehículo, supuestamente por esquivar un hueco, arrolló a Miguel, dejándolo golpeado a orillas de carretera, pues no quiso detenerse.
Su sobrino lo vio tirado en el asfalto y lo cargó en brazos unas cinco cuadras hasta el CDI de Tamaca, pero en el camino falleció.
Sus familiares llegaron inmediatamente y comenzó la angustia de su hijo, esposa y hermanos.
Según ellos, al ambulatorio no llegaron funcionarios de PNB si no hasta las 7:00 de la mañana del lunes. Ellos, aunque dijeron que reportarían el caso, no tenían dónde trasladar el cuerpo a morgue.
“Vino el Cicpc y tampoco se lo llevó porque dijo que eso no era asunto suyo, sino de tránsito”, dijo una sobrina de la víctima. Al final lo trasladó un coche fúnebre que cancelaron los familiares.