Euseglimar González | La Prensa-. Las cifras de menores de edad trabajando han aumentado en Lara. Según la prefectura de Iribarren, en este 2016 se han reportado más casos de chamínes entre 8 y 13 años sudando la gota por unos cuántos realitos.
Detalla la prefectura que en 2015 recibían de 20 a 30 reportes mensuales de menores trabajando sin permisos legales pero en los cinco meses contables que lleva 2016 ya registran 200 casos lo que se traduce en un incremento del 566 por ciento.
Esta tendencia de menores trabajando también la confirma el Consejo de Protección del municipio quien ha emitido alrededor de 500 permisos legales para que los chamos trabajen aunque esta cifra puede ser superior porque existe una subcifra que no manejan debido a que muchos laboran sin autorización.
Tanto en prefectura como en el Consejo enumeran que las fuentes de trabajo donde se ven a los chamines son cuatro: supermercados, vendiendo bolsas en mercados populares, chucherías y limpiando parabrisas de carros y la mayoría lo hace por la necesidad de apoyar económicamente a padres en sus hogares.
Dejan la educación
Ricardo Pérez, sociólogo, explica que la situación se debe a la realidad del país, pues asegura que es tan cruel que obliga a los padres a mandar a trabajar a sus hijos, dejando a un lado la educación.
“Cada día se registran más casos de deserción escolar porque deciden buscar comida”, apuntó Pérez.
Marieli Sánchez, prefecta de Iribarren destacó que el desabastecimiento de alimentos y el no tener en casa una figura paterna o a quien respetar salen a la calle en busca de trabajo.
Pérez acotó que en Venezuela hay una presión social y por eso la sociedad está en una supervivencia, lo que conlleva a los niños y adolescente a trabajar como también a delinquir.