Osman Rojas | LA PRENSA.- Es uno de los máximos orgullos de Bobare, pueblo al oeste de Barquisimeto y con un swing barrebases hizo celebrar al estado Anzóategui. Luis Jiménez no pudo ser campeón con Cardenales y sí con Caribes.
Un jonrón con las bases llenas en la parte alta del primer episodio fue suficiente para que Caribes de Anzoátegui se coronara campeón de la temporada 2017-2018. “La Tribu”, que llegó con la etiqueta de equipo débil logró, a fuerza de buen picheo y bateo oportuno doblegar en seis juegos a Cardenales de Lara, favoritos para llevarse el torneo.
Desde el mismo primer episodio las cosas salieron a pedir de boca para el bando oriental. Un irreconocible Jorge Martínez, empezó el juego por Cardenales dando par de boletos a Rafael Ortega y Niuman Romero.
Con dos en las almohadillas Martínez intentó buscar el home y René Reyes soltó imparable al jardín izquierdo para llenar las bases.
Una breve visita de José Rosado, coach de picheo de Cardenales de Lara, sirvió para tranquilizar al lanzador cubano quien dominó con rolata por tercer al cuarto bate Balbino Fuenmayor.
El peligro no terminó allí. Con tres en bases y un solo out en la pizarra Martínez enfrentó a Jiménez quien al primer picheo conectó el grand slam número 20 en la historia de series finales para colocar cifras definitivas al partido.
Las cuatro carreras de Caribes fueron un gran colchón para Freddy García, abridor de los orientales, quien lució inmenso desde el primer episodio.
“El Torpedo” no dio margen para la reacción de Cardenales y mantuvo la bola cerca de la zona de strike para transitar sin mayores problemas por la minada alineación rojas.
Ildemaro Vargas y Juniel Querecuto, claves en la ofensiva cardenal, no supieron descifrar los envíos del veterano tirador derecho. Rangel Ravelo, Henri Urrutia y Jesús Montero tampoco lo hicieron y García fue creciendo en confianza.
Tan dominante estuvo “El Torpedo” que entre el primero y sexto bate sólo conectaron un imparable. Ninguno de los bateadores larenses llegó a la tercera base y no fue, sino hasta el séptimo inning, cuando un jugador cardenal pisó la segunda almohadilla.
Del otro lado los tiradores larenses también hicieron el trabajo. Desde la entrada de César Jiménez, en el tercer capítulo, los relevistas rojos hicieron el trabajo. Caribes pudo ampliar el marcador, pero no pudo.