LA PRENSA de Lara | EFE.- Organizaciones venezolanas documentaron más de mil agresiones a la libertad de prensa durante 2019, un número que se incrementó a partir de julio debido a la polarización y el contexto político que se vive en el país.
Venezuela, Brasil y Nicaragua fueron los países latinoamericanos que registraron una mayor degradación de la libertad de prensa en 2018, según se desprende de la clasificación anual publicada por Reporteros Sin Fronteras (RSF), que también alerta de la situación en México y Cuba.
Venezuela perdió cinco puestos, con lo que se acerca cada vez más a la «zona negra» de la clasificación, que agrupa a los países con las peores clasificaciones del mundo. Ahora está en la posición 148 en la lista de 180 países.
La «deriva autoritaria» del gobierno de Nicolás Maduro provocó que se intensificara la represión contra la prensa independiente en Venezuela, y se registrara un número récord de arrestos arbitrarios y actos de violencia perpetrados por las fuerzas del orden y los servicios de inteligencia contra reporteros, apunta RSF.
También, las radios y televisoras más críticas contra Maduro se han visto privadas de licencias de transmisión y miembros de la prensa extranjera han sufrido arrestos, interrogatorios y expulsiones.
«El deterioro de la situación ha empujado a numerosos periodistas a abandonar el país para preservar su integridad física, pues han recibido amenazas», señala RSF.
Organizaciones venezolanas documentaron más de mil agresiones a la libertad de expresión durante 2019, un número que se incrementó a partir de julio debido a la polarización y el contexto político que se vive en el país.
Un Mundo sin Mordaza identificó una serie de patrones violatorios de la libertad de expresión, entre ellos las detenciones arbitrarias, ataques a portales web informativos, métodos clásicos de censura y fallas en telecomunicaciones que afectan la transmisión de información.
Uno de los países que más preocupa a Reporteros Sin Fronteras en la región por la degradación de su libertad de prensa es Nicaragua. Ese país retrocedió 24 plazas para situarse en la posición 114, en plena «zona roja», por cuenta de una «represión» contra la prensa independiente a cargo del gobierno de Daniel Ortega.
En el contexto del agravamiento de la crisis política que vive Nicaragua y del incremento de las manifestaciones contra el poder, indica RSF, «el periodismo está constantemente estigmatizado y es atacado con campañas de acoso y amenazas de muerte, además de arrestos arbitrarios».
«Durante las manifestaciones, los reporteros nicaragüenses considerados como opositores son frecuentemente agredidos y muchos de ellos se han visto obligados a exiliarse para evitar la acusación de terrorismo y la prisión», agrega la organización.
Brasil también se sitúa dentro de la «zona roja» mundial de RSF, en el puesto 105, cerca de Venezuela y otros países con una situación «difícil» para la prensa como Burundi, Irak y Turquía.
El deterioro del gigante suramericano responde a un año «particularmente agitado», con el asesinato de cuatro periodistas y la fragilidad creciente de los independientes que cubren temas ligados a la corrupción o el crimen organizado en pequeñas y medianas ciudades.
Para RSF, la elección como presidente de Jair Bolsonaro, tras una campaña marcada por «el discurso del odio, la desinformación, la violencia contra los periodistas y el desprecio por los derechos humanos, augura un periodo sombrío para la democracia y la libertad de prensa».