Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Se colocan frente al teléfono o monitor, atan una cuerda en el cuello. ¡Hasta desmayarse!, pero puede terminar en suicidio. Así murió el 30 de junio una adolescente de 14 años en Caracas, siguiendo el reto viral Blackout Challenge. Los expertos advierten que puede seguir replicándose en el país como un juego que termina en adicción y llevar a la fatalidad entre los menores de edad sin la debida vigilancia familiar.
Esta es una réplica de casos que se conocieron en el mundo, con la muerte en las mismas circunstancias de un niño de 12 años en marzo de 2021 en Estados Unidos. Luego fue uno menor en abril, al conocerse de la niña de 10 que materializó el reto con un cinturón. Antecedentes que también fueron vividos en Venezuela con 3 casos en 2018 y hasta con una menor de 14 años de Quíbor, quien fue hospitalizada luego de sufrir el estrangulamiento por un compañero y también presentó una lesión al desplomarse inconsciente al piso.
Gerardo Pastrán, directivo del Movimiento Misionero Projumi, confirma que aunque hasta este momento no han registrado atenciones en lo que va de 2021, el precedente de los 8 casos en 2020 les sirvió de base para brindarles asesoría psicológica y emprender una campaña de orientación en torno al temido juego «La ballena azul». «Es un acompañamiento que se basa en la responsabilidad de la familia y hasta se prepararon en el manejo de computación, redes sociales y otros relativos», precisa de esa necesidad de conocimientos.
Recalca que los adolescentes caen como presa fácil, ante el manejo tan persuasivo de estos contenidos que los conduce a la adicción. Todo sin la debida orientación de los padres, quienes —muchas veces— ni se imaginan en esa trama terrorífica que envuelve a sus hijos en el tiempo de ocio que pueda significar la pandemia.
Esa dependencia también criticada por la doctora Luzmila Leal, coordinadora de la organización Médicos Unidos en Lara, quien rechaza este tipo de adicción, muy similar al consumo de drogas, tabaquismo y hasta la ludopatía. «Es tan grave que se termina en hipoxia cerebral con la muerte o consecuencias tardías», advierte de esa falta de oxígeno, ante la presión de las arterias que emiten el oxígeno al cerebro. Al presionar, el tiempo sería relativo a la fuerza, que a menor tiempo produce la muerte inmediata o sobrevivir a microinfartos cerebrales con posibles trastornos de memoria a largo plazo.
Señalan como psicópatas a los responsables de este tipo de juegos que incitan al suicidio en este grupo tan vulnerable, frente a la etapa de adolescentes cargada de cambios, curiosidad y hasta rebeldía que sin el apoyo familiar pueden terminar desorientados y absorbidos en estos juegos que atrapan en una encrucijada conducente a la muerte. Poco a poco, van llevando a la fatalidad y ni siquiera la víctima puede darse cuenta del fatídico destino final.