El norte de China ha sido golpeado por condiciones meteorológicas extremas durante la última semana, resultando en la trágica muerte de al menos 60 personas y dejando a otras 27 desaparecidas. Estas lluvias torrenciales han desencadenado una de las inundaciones más mortíferas que la capital, Pekín, ha experimentado en años.
Entre las víctimas fatales se encuentran 31 personas que perecieron en una residencia de ancianos en el montañoso condado de Miyun, en Pekín, un suceso que subraya la vulnerabilidad de las poblaciones más indefensas frente a estos desastres naturales.
9 regiones de China afectadas
Las intensas precipitaciones han afectado a nueve regiones del país. Además de los dos distritos montañosos de Pekín, otras ocho áreas han sufrido las consecuencias, incluyendo un deslizamiento de tierra en la provincia norteña de Hebei. La devastación no se limita a las pérdidas humanas; también se han reportado cuantiosos daños materiales y decenas de miles de personas han tenido que ser evacuadas.
En un esfuerzo por mitigar los efectos de la catástrofe, los ministerios de Finanzas y Gestión de Emergencias de China han destinado 350 millones de yuanes (aproximadamente 48,94 millones de dólares) en fondos de ayuda para las zonas afectadas. Hasta el mediodía de hoy jueves 31 de julio, el alcalde adjunto de Pekín, Xia Linmao, confirmó en una rueda de prensa que la capital ha registrado 44 muertes y nueve personas desaparecidas debido a estas inundaciones sin precedentes. Las labores de búsqueda y rescate continúan mientras las autoridades evalúan la magnitud total de los daños y coordinan la asistencia para los damnificados