DPA | LAPRENSA.- Dilma Rousseff, presidenta destituida en Brasil el pasado 31 de agosto, acudió al Supremo Tribunal Federal para solicitar la anulación del decreto que la sacó de su cargo.
Rousseff, destituida el miércoles por el Senado brasileño tras cinco años y medio en el cargo, pidió al Tribunal emitir un rápido fallo provisional que deje sin efecto la oficilización de Michel Temer como jefe de Estado. En caso de una primera sentencia favorable, el ex vicepresidente y antiguo aliado político de Rousseff volvería a ocupar la presidencia sólo de forma interina. Temer ejerció ya el cargo en funciones desde la suspensión de la exmandataria en mayo hasta este miércoles.
La expresidenta Rousseff niega ser responsable de manipulaciones de las cuentas públicas ocurridas durante su Gobierno, la acusación formal por la que la Cámara Alta del Legislativo la destituyó en una votación que superó la mayoría necesaria de dos tercios (al final 61 de 81 senadores). La destitución de Rousseff es polémica porque la líder del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) no fue acusada de corrupción, sino de irregularidades fiscales que ya se habían dado durante administraciones anteriores.
Los aliados de la expresidenta consideran que sus adversarios políticos conservadores usaron los trucos fiscales empleados en 2014 y 2015 como excusa para consumar un «golpe de Estado» y poner fin a 13 años de Gobiernos progresistas del PT.
El polémico juicio político dañó la imagen de Brasil justo cuando el país está sumido en una dura crisis económica. El conservador Temer estará en el Gobierno hasta diciembre de 2018, cuando venza originalmente el segundo mandato de Rousseff, reelecta en 2014.