Cristina Linárez | LA PRENSA.- Vendiendo café y midiendo la presión arterial en las calles, de esta manera dos pensionados buscan una entrada adicional; para ellos, el aumento en la pensión anunciado por el Ejecutivo nacional a 177 mil bolívares es insuficiente.
Pese a haber trabajado gran parte de su vida y querer descansar ahora, deben seguir trabajando para sobrevivir con el dinero extra que perciben; si no hacen eso, a mitad de mes no les queda ni un bolívar en los bolsillos.
Pedro Arrieche tiene 80 de edad. Desde hace 30 años sale de su casa ubicada en Los Crepúsculos con una mesa armable, dos banquitos de plástico y un tensiómetro, se sienta en las adyacencias de la Plaza San José y toma la tensión por 400 bolívares.
Haciendo al día hasta 4 mil bolívares, Arrieche logra reunir para cancelar sus gastos necesarios porque, a pesar de cobrar pensión, asegura que “nunca me ha alcanzado para vivir todo el mes”.
El señor dice que con sus años de vida “se supone que debo descansar, pero la situación económica del país no me lo permite. En mi casa todos debemos trabajar para sobrevivir”, expresó mientras le tomaba la tensión a una joven.
Guillermo Quero, otro pensionado de 65 años, dijo que todos los días recorre las calles del centro con un carrito de mercado lleno de termos de café. “Yo saco una parte de la pensión para comprar el café y vasos, así me rinde la platica por lo menos un mes”, dijo mientras rodaba el carrito por la avenida 20 con calle 20.
A otros cuatro adultos mayores consultados les ha tocado trabajar como comerciantes tanto en sus casas como en las calles, porque no han logrado ser incluidos en el listado para cobrar pensión.