Osman Rojas | LA PRENSA de Lara.- A los médicos, el entierro de leche, aparentemente, dañada en Quíbor no les cuadra. A pesar de las explicaciones dadas por representantes gubernamentales y por autoridades sanitarias en la región, los especialistas hacen un llamado a las autoridades nacionales para que lleguen al fondo de este asunto, pues no creen que la empresa haya mandado a enterrar 432 mil 264 litros de un producto contaminado.
«Lo lógico era abrir los envases y botar la leche allí. Conociendo el terreno de Quíbor y tomando en cuenta el sol que hace allá cualquier bacteria se hubiese muerto en un lapso de 24 horas. No entiendo por qué lo enterraron. No es lógico lo que hicieron«, dice el doctor Ruy Medina, exdirector de salud en la región.
Para el especialista, el remedio terminó siendo peor que la enfermedad pues no se pudo evitar que las personas tomaran el producto. «Si lo que se quería, como explican las mismas autoridades, es que nadie tomara de esta leche, pues el objetivo no se logró porque la gente se bebió el producto así. Es lamentable lo que pasó en Quíbor y se debe analizar muy bien esto porque hay cosas que no cuadran«, dice.
El doctor Medina desmiente lo dicho por representantes sanitarios que decían que no se puede verter la leche dañada en la tierra, pues asegura que las bacterias no afectan el suelo. «Yo entendería que enterraran algo que no vaya a desaparecer de una vez. Es lógico que entierren una carne mala porque se descompone, pero ¿por qué enterrar leche? Aquí hay algo que no se está contando», comenta.
René Rivas, presidente del Colegio de Médicos en el estado, se mostró alarmado por esta situación y pidió a las autoridades que tomen cartas en el asunto y se cree un cerco epidemiológico, pues considera que si la leche estaba infectada se debe hacer seguimiento a las personas que consumieron el producto.
Sobre el entierro de la leche, el especialista también se mostró preocupado pues señala que los desechos biológicos no deben ser destruidos de esta manera. «Eso es más riesgo«, concluye.