Un golpe en la cabeza y una fractura en el hombro dejaron adolorido a Clerman Morales, un soldador de 43 años, tras chocar su moto contra un vehículo Twingo, color gris en la carrera 18 con calle 26 de Barquisimeto, el día martes 28 de enero. 20 minutos después, otro motorizado caía ensangrentado en la avenida Venezuela con calle 26. Ese día, un funcionario de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) que iba en motocicleta falleció tras ser arrollado en la redoma del Monumento al Sol Naciente a las ocho de la noche. Todos siniestros viales tuvieron algo en común: el exceso de velocidad y la imprudencia al no respetar la Ley de Tránsito Terrestre al conducir.
Los accidentes de moto están en aumento, como si se tratara de una pandemia. A diario colapsan la Emergencia, la sala de traumatología, los pabellones y la Unidad de Cuidados Intensivos de los hospitales. Según médicos, los principales afectados son jóvenes de 16 a 40 años; es decir, la población más productiva del país, que tras un accidente terminan en un cementerio o con lesiones permanentes. Muchos quedan con discapacidad y convirtiéndose en una carga para su familia.
Las estadísticas indican que el 95% de los siniestros viales son causados por errores humanos, tal como señala Rosibel González, periodista de sucesos y coordinadora del Observatorio de Seguridad Vial (OSV). «Un error mínimo que cometa un conductor de automóvil, camión, autobús o moto por distracción, como usar el teléfono celular mientras maneja, puede provocar un colapso en la vía, incluyendo fatalidades».
Hay una probabilidad del 43% en cada uno de los siniestros viales de que resulten con politraumatismos entre dos y cinco personas. «¡Es anarquía!, no lo podemos llamar de otra manera. El exceso de velocidad y la imprudencia en calles, avenidas y autopistas llevan a los conductores a cometer a diario infracciones innumerables», exclamó la comunicadora.
Para el sociólogo, Dioni López, hay una población que trastoca la normas de convivencia ciudadana. «Tenemos un sistema en el que hemos perdido la capacidad de la cooperación y el respeto de los derechos. Lo que vemos es que el motorizado tiene una competencia permanente contra otros conductores y el resto de la sociedad. E inclusive, en el país se ha generado un discurso de protección y de transgresión, a partir del decreto de la motopirueta como deporte nacional», opinó.
Cifras que da Tránsito PNB, indican que en lo que va de 2025 se han registrado en promedio 50 siniestros viales a diario en Venezuela, la gran mayoría incluye a motorizados. Solamente durante diciembre 2024 el OSV registró 354 siniestros viales en todo el territorio, 114 ocurrieron en avenidas. Los estados con mayor incidencia son: Falcón, Bolívar, Lara, Zulia y Táchira.
La Ley de Tránsito Terrestre de Venezuela establece límites de velocidad específicos para diferentes tipos de vías. «En las avenidas por el canal rápido se debe circular máximo a 60 km/h, canal medio 40 km/h, canal de servicio 20 km/h. En calles de una urbanización, un motorizado no puede exceder de los 20 km/h y en autopistas 90 km/h por el canal rápido y 70 km en canal medio.
Hasta 2019 hay datos públicos sobre la tasa de mortalidad causada por lesiones de tránsito en Venezuela. La OPS registra que ese año perdieron la vida en el país 19.332 hombres por siniestros viales y 3.566 mujeres.
La tasa de mortalidad de la nación en esa época fue de 68.3 fallecidos en accidentes viales por cada 100 mil habitantes, una de las más altas de la región. Ruy Medina, exdirector de Salud de Lara, indicó que desde 2013 en los centros de salud pública se ha registrado un incremento de heridos por siniestros, la mayoría son motorizados porque no llevan casco, impactados por vehículos, zigzaguean en las avenidas, pierden el control y van a toda velocidad por el canal izquierdo, cuando deberían circular todo el tiempo por el derecho.
Muchos desconocen los puntos ciegos de los automóviles, que son los ángulos donde, desde el asiento del conductor, no se pueden ver a los actores viales a través de los retrovisores o espejos del carro.
Las lesiones que dejan los accidentes de tránsito generan altos costos en salud pública y un impacto económico para las familias. Las fracturas son las heridas más frecuentes, afectando piernas, tobillos, zona cervical, cerebro, brazos y costillas.
«Hay personas que se saltan los semáforos en rojo por ir de prisa y arrancan sin percatarse de que otros vehículos están cruzando. A una velocidad de tan sólo 20 km/h, un motorizado puede salir expelido hasta cinco metros en caso de colisión. Si un automóvil lo impacta de frente, podría sufrir fracturas de costillas, y si el golpe es en el abdomen, podría tener rotura de hígado. Una caída sobre los glúteos podría ocasionar fracturas de cadera y fémur. El casco es un elemento de protección fundamental, pero no garantiza la prevención de una fractura cervical, la cual podría dejar a la persona inmovilizada de por vida», alertó.
El domingo 26 de enero, tras el triunfo de Cardenales de Lara, la Emergencia del Hospital Central recibió en una noche 40 heridos por accidentes en la caravana.
«Todo esto te lleva a consumir altas cantidades de soluciones, bolsas de sangre, gasas, compresas, adhesivos, analgésicos, antibióticos, suturas. Y si el herido requiere de pabellón, todos los insumos que se gastan en una cirugía. En una emergencia se tiene un promedio de transfusiones al mes, pero si te llegan 40 lesionados una misma noche, ¿de dónde sacas 100 o 150 litros de sangre? Entonces, los accidentes consumen los insumos que deberían ser utilizados para todos los enfermos de la emergencia», manifestó.
Nelson Torcate, director de la Autoridad Metropolitana de Transporte y Tránsito (AMTT), indicó que el 60% de los pacientes de la Sala de Traumatología del Hospital Central son motorizados.
Dioni Salas, sociólogo, comenta que hay pueblos en Venezuela que tienen más motos que otro tipo de vehículo. «Los jóvenes adquieren una moto porque está de moda, es una manera de sentirse incluido. Se ven más motos circulando por las pocas aspiraciones que tienen los jóvenes, optan por trabajar y dejan los estudios desde muy temprana edad», alegó.
Afirma que el uso de motocicletas también ha sido promovido por políticos. El gobierno para movilizar a sus grupos de fuerza (colectivos), y durante la campaña presidencial, la oposición contó con motorizados que acompañaban la caravana de sus líderes.
El ingeniero Torcate sostiene que en promedio, 40% de los conductores viales en Barquisimeto no respetan la luz roja del semáforo, y para disminuir los accidentes han intensificado las campañas de seguridad vial en calles, escuelas y universidades.
«Desarrollamos dos ordenanzas: La reforma de la Ordenanza de Transporte, Tránsito y Circulación y estamos creando una ordenanza sobre Circulación de Motorizados en vías urbanas. También se están adecuando las multas a la Ley de Armonización Tributaria», explicó.
Actualmente, si un motorizado comete una infracción puede ser sancionado con 1.900 bolívares en Iribarren ($33). En la ordenanza que estudian, la pena mínima sería de $20.
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