Fiel a su tradición anual, la revista Nature ha revelado su selección de las imágenes más destacadas del ámbito científico en 2025. Este reconocimiento va más allá de la simple documentación de hallazgos, pues busca interpretar la realidad a través de imágenes que fusionan la precisión tecnológica con una narrativa visual conmovedora.
Desde estructuras estelares masivas hasta ecosistemas que solo existen bajo el microscopio, la colección de este año reflexiona sobre cómo la investigación produce simultáneamente conocimiento y asombro.
Una de las capturas más memorables muestra a un paracaidista cuya silueta se recorta sobre la superficie turbulenta del Sol, una hazaña de planificación entre un atleta y un astrofotógrafo que destaca la dinámica de los campos magnéticos solares. En contraste directo de escala, la selección incluyó a un «tardígrado tatuado», un espécimen micrográfico donde investigadores grabaron puntos precisos sobre su cuerpo mediante haces de electrones. Este avance, que inicialmente parece puramente estético, representa en realidad un salto en la ingeniería biomédica y la capacidad de marcar organismos microscópicos con una exactitud sin precedentes.


Fronteras biológicas y avances médicos
La vida celular también protagoniza este compendio visual con las colonias de Volvox, esferas que albergan miles de células coordinadas en una sola gota de agua. Esta imagen funciona como una ventana al enigma de la multicelularidad, sugiriendo cómo la cooperación celular permitió el surgimiento de seres complejos.
Por otro lado, Nature destaca la medicina regenerativa aportó una fotografía reveladora de un riñón cultivado en laboratorio. La estructura, capaz de filtrar sangre tras ser trasplantada en ratones, simboliza un avance tangible hacia un futuro donde la dependencia de donantes humanos podría reducirse significativamente.


El entorno natural y sus fenómenos atmosféricos no se quedaron atrás. En Nueva Zelanda, se lograron captar los esquivos «espíritus rojos», descargas eléctricas de milisegundos que ocurren en la atmósfera superior durante las tormentas.
Asimismo, el mundo submarino sorprendió con la babosa marina Costasiella kuroshimae, un organismo que desafía las fronteras entre reinos al utilizar cloroplastos de algas para realizar fotosíntesis, capturada en el momento preciso en que depositaba sus huevos en una delicada espiral.


El pulso de la Tierra y el impacto humano, según Nature
La selección de 2025 también puso el foco en la urgencia de la preservación. Una fotografía de un rinoceronte negro sedado en Kenia, rodeado de especialistas, documenta el esfuerzo logístico y veterinario necesario para salvar a la especie de la extinción.
En una línea similar de fuerza geológica, el volcán Villarrica en Chile fue retratado con nubes circulares iluminadas por su lava, un recordatorio de la belleza y el riesgo constante que representan los sistemas volcánicos activos bajo monitoreo permanente.
Finalmente, la editora Amelia Hennighausen cerró este informe con una imagen que resume la crisis ambiental contemporánea: un perezoso aferrado a un alambre de púas mientras su hábitat es destruido.
Para Nature, estas fotografías demuestran que la imagen científica no es un accesorio, sino una herramienta de conocimiento capaz de revelar datos y emociones en un solo encuadre. Cada toma es el resultado de un instante donde la luz y el encuadre permiten observar lo que, hasta ese momento, permanecía oculto a nuestra mirada.


