Euseglimar González | LA PRENSA DE LARA.- A María (nombre ficticio) le costó seis meses romper el silencio y pronunciar las palabras que han marcado su vida, fue abusada sexualmente por quien era su «padre espiritual». Tenía 17 años cuando el pastor de una iglesia evangélica de El Tostao la invitó a una liberación espiritual y ese fue el escenario para abusar de ella.
Todo comenzó en el último trimestre del año 2019, María pertenecía al coro de la iglesia, un día de octubre, el Pastor le dijo que le harían una liberación espiritual en casa de una «mentora». El hombre, quien le decía era su «padre espiritual», le dijo que debía llevar un kilo de sal.
La liberación se trata de un proceso a través del que los creyentes con ayuda de su fe tienen la capacidad de deshacerse del mal que los puede estar acechando. La adolescente llegó sola a la vivienda y tocó la puerta.
«Cuando llegué a la casa, solo estaban ellos dos (pastor y mentora), me dijeron que debía quitarme la ropa y de una vez les dijo que yo no podía hacer eso. La «mentora» me dijo que ella era quien haría la liberación y como ella era mujer comenzó a envolverme e insistió hasta que accedí, luego de pensarlo mucho porque me daba pena», explica María.
Cuando María estaba en el cuarto desvestida, el Pastor abrió la puerta, sus manos estaban cubiertas de sal, justo en ese instante la jovencita trató de taparse para que él no la observara desnuda y él le dijo «tengo que hacerlo». Entre nervios María cerró sus ojos y comenzó a sentir como las manos del hombre le pasaba por todo su cuerpo.
Unos minutos después, la metió en un tobo lleno de agua y le dijo que se quitara la sal. Cuando ella observa bien, estaban solos, la «mentora» no estaba. María comenzó a colocarse el sostén y luego la camisa, pero en ese momento el Pastor la agarró por un brazo y la lanzó a la cama.
«Todo fue rápido, apenas estaba cayendo a la cama y ya lo tenía encima de mí, le decía que no me hiciera nada, le suplique. Le dije que él era un Pastor, pero él siguió», es parte del relato de María, quien recuerda segundo a segundo lo que vivió.
Como María hay muchas jóvenes y adolescentes que son abusadas sexualmente y que por miedo no hablan. Desde el 24 de abril las redes sociales en Venezuela se llenaron de denuncias de acoso y abuso sexual a menores de edad por parte de músicos, directores de teatro, además de personas que han sido abusadas y que con el movimiento «Yo Te Creo», han decidido contar sus historias del terror que vivieron hace años o recientemente.
En Lara son varios las personas que han usado su figura de «poder» para cometer abusos sexuales contra las más vulnerables y aunque muchos han sido detenidos, otros están en la calle «cazando» a su próxima víctima, pues por temor no todas hablan. Autoridades de seguridad y fundaciones en apoyo a las víctimas piden a quienes han sido afectadas que denuncien.
Aunque el caso de María ocurrió en 2019, fue en el año 2020 en el que denunciaron sobre lo ocurrido y tras las investigaciones por parte del Cicpc lograron detener a Jean Carlos Vargas, presunto abusador de la joven.
En su taller
En septiembre de 2019, Néstor José Revilla (69), reconocido artista plástico en Lara, fue detenido por el Cicpc tras, presuntamente, abusar sexualmente de una niña que fue su alumna en el año 2015.
«El Pintor Pervertido», presuntamente, usó su espacio de trabajo para seducir a menores. Funcionarios del Cicpc además del caso ocurrido hace cuatro años, también manejaban otro caso de julio de 2019 por supuesto intento de abuso sexual contra otras dos niñas de 10 y 8 años que asistían a las clases de Revilla.
Tras un mes de estar detenido, el «Pintor Pervertido» murió a consecuencias de una bacteria.
Revilla se encontraba detenido desde principios de septiembre, debido a la investigación que enfrentaba por presuntamente cometer abuso sexual contra una menor en 2015 e intentar hacer lo mismo con dos niñas en 2019, todas estudiantes suyas del taller de pintura que tenía, en el centro de Barquisimeto.
Encienden alarmas
Durante el año 2021 los casos de abusos sexuales han aumentado hasta el punto en el que las autoridades de seguridad han encendido las alarmas. A inicios del año, dos instructores fueron detenidos en Lara, por estar vinculados a presuntos abusos sexuales contra adolescentes y jóvenes, situación que encendió la alarma tanto en cuerpos de seguridad.
Según reportes policiales, los instructores se amparaban en su figura de «profesores» para cometer sus fechorías y luego las víctimas al no aceptar mantener relaciones sexuales con ellos las chantajeaban con difundir material pornográfico.
Jesús Manuel Ocanto López de 37 años, el «Monstruo de Patarata», como fue bautizado por el temor que causó a alrededor de 30 menores y jóvenes. Se valía de su condición de entrenador de voleibol de playa en el complejo Variquisimeto, para ganar su confianza y acosarlas con material de actos lascivos.
Fue presentado por el general de Brigada, Luis Peña, director de Polilara, quien confirmó que fue detenido la tarde del 15 de enero por funcionarios de la DIEP de este cuerpo policial, luego de 15 días de investigación.
Aunque las autoridades destacaron que eran 30 las víctimas, se conoció que solo cinco denunciaron al hombre.
Otro de los casos ocurridos en lo que va de año fue el de Luis Mosquera (33), quien fue detenido por el Cicpc Carora, por presunto abuso sexual a menores de edad, que eran contactadas a través de sus redes sociales donde se identificaba como instructor de baile.
Presuntamente Mosquera les ofrecía a las futuras bailarinas» una buena participación en presentaciones de baile, en las entrevistas las «convencía» para mantener relaciones sexuales a cambio de protagonizar bailes y presentaciones, o para no ser expulsadas de la academia.
Según fuentes policiales cada encuentro sexual fue grabado y fotografiado cuyo material usaba contra las víctimas.
En marzo, un nuevo caso de abuso sexual en Lara fue investigado. Bajo la mira estaba un pastor, quien habría abusado de tres jóvenes.
Alberto Genaro Duran, supuesto pastor evangélico, resultó detenido, luego que una de sus hijas mayores denunciara el presunto delito de abuso sexual hacia ella y dos de sus hermanas de 13 y ocho años de edad.
La hija mayor, quien se encontraba fuera del país, aparentemente, viajó hasta Venezuela para denunciar, luego que se enterara que el hombre, presuntamente, habría tocado a una de las menores de edad.
La denunciante, supuestamente, fue abusada por su padre desde que era una niña, situación que se habría repetido en dos de sus hermanas, contó una fuente policial.
Con amenaza
A María el Pastor la amenazó. «Tú no puedes decir nada de lo que pasó porque yo soy tu padre espiritual o de lo contrario atentaré contra tus padres», esas palabras las recuerda María, por miedo no habló, continuó asistiendo a la iglesia, pero pocos meses después se retiró.
«No tengan miedo, hablen mujeres. Dios nos ayuda a sanar heridas, pero con la denuncia atrapamos al agresor», sostuvo María.
Buscan convertirse en víctimas
Linda Loaiza, abogada y defensora de los derechos humanos, además de víctima de violencia de género, alertó que muchas de las denunciantes por el mismo delito que sufrió ella se encuentran siendo «amenazadas e intimidadas».
«Victimarios que quieren convertirse en víctimas, yo pase por eso», comenzó a escribir a través de su cuenta de Twitter, Loaiza, esto luego que en las redes sociales mujeres denunciaran sobre violencia, abusos sexuales que padecieron.
Loaiza explicó que las víctimas que recientemente han denunciado, están siendo amenazas e intimidadas por sus agresores, violadores, abusadores. «Ya he recibido llamadas de que los agresores las están denunciando y en algunos casos ya han sido citadas por supuestos delitos informáticos difamación, entre otros», sostuvo.
La abogada hizo un llamado a las instituciones y funcionarios públicos que no se presten para crear un clima de impunidad, aceptando lo que dicen los agresores.
Se esconden bajo una religión
Emilin Piña, abogada y presidenta de «Mujer Tu Voz Tiene Poder», destacó que es importante visibilizar lo que ocurre dentro de la sociedad, especialmente dentro de las iglesias.
«Hay representantes de instituciones eclesiásticas, presuntos pastores que usan su poder, distorsionando lo que es el liderazgo, el creer y tener fe y esperanza en Dios. Estos depredadores buscan víctimas que se encuentran vulnerables psicológicamente, espiritualmente y buscan un refugio en las iglesias, pero se encuentran con este tipo de depredadores», sostuvo Piña.
Aclaró que no todos los pastores o personas que se dedican a la vida religiosa, actúan de la misma, pero si pidió estar atenta a estas situaciones
La abogada detalló que el abuso sexual no solo se vive en las calles, la mayoría de los casos ocurre dentro de hogares venezolanos, han quedado en evidencia como abusadores, familiares más cercanos a la víctima.