Osman Rojas | LA PRENSA.- Un sombrero en mal estado es lo único que se interpone entre su rostro y el inclemente sol. Lleva una chemise roja, sucia y rota, sus pantalones están bastante gastados por el tiempo y no usa zapatos sino chancletas. Con un pito plástico avisa a los conductores que se detengan y, aunque se ve cansado, algo natural a sus 67 años, el hombre no deja de vigilar los vehículos que están bajo su responsabilidad.
“Aquí hay que estar pendiente porque hay muchos malandritos”, dice cuando se le pregunta por la importancia de su trabajo. Cuestionado por el motivo de su esfuerzo el hombre es tajante; “si no trabajo no como”.
Eugenio Zambrano es el nombre de este señor que todas las mañanas se va al Mercado San Juan para cuidar vehículos ajenos. El abuelo asegura que no tiene pensión asignada por el Gobierno y aunque las canas en su cabeza denotan una avanzada edad, él asegura no tener ayuda de ningún tipo.
“Los políticos hacen propaganda con nosotros pero por los adultos mayores no se preocupa nadie”, suelta antes de ir a recoger una propina que le suministra el conductor de una camioneta. La aseveración de Zambrano encierra el sentir de las personas de la tercera edad en el estado y es que, ver a abuelos trabajando, comiendo en la calle o marginados por la sociedad se ha convertido en algo frecuente.
Manuel Silva, presidente de la Asociación Defensora de los Pensionados a nivel nacional, habló sobre la realidad que de la tercera edad y catalogó como “inhumana” las condiciones a la que los abuelos son expuestos en Venezuela.
“Basta con ir a los bancos y ver cómo están sufriendo nuestros abuelos. Nos pagan una miseria y además son humillados. Eso hay que corregirlo”, comenta Silva.
La Prensa realizó un recorrido por distintos puntos en la ciudad para ver si habían abuelos pregonando por las calles. En medio de la investigación el equipo reporteril contabilizó a siete señores, mayores de 60 años, que trabajaban bajo el sol para poder comer. Además en el este se detectó a 4 personas pidiendo comida mientras que en el centro se encontró a 3 abuelos buscando comida en la basura para saciar el hambre.