Euseglimar González | LA PRENSA DE LARA.- Las manos solidarias de cientos de voluntarios han llevado a cada rincón de Lara no sólo alimentos, sino también jornadas médicas. La Iglesia Católica ha estado trabajando junto a Cáritas, organización de asistencia a los más pobres en las comunidades más vulnerables del estado.
Sectores de la zona oeste y norte de Barquisimeto son los más concurridos en Iribarren por el voluntariado de Cáritas parroquiales, además de sectores de otros municipios, como Simón Planas y Palavecino.
Omar Gutiérrez, párroco y presidente de Cáritas Lara, explicó que desde el año 2016 han estado trabajando junto con las parroquias católicas para ayudar a las personas más vulnerables, un proyecto que comenzó con la ayuda de adultos de la feligresía y que poco a poco se ha ido extendiendo, aseguró que ahora hasta los jóvenes se han unido a estas jornadas.
La ayuda no sólo es para las personas de la tercera edad, sino que también atienden a niños en sectores vulnerables, personas que se encuentran malnutridos.
En el estado Lara existen 60 Cáritas parroquiales y todas trabajan para brindar apoyo a las personas, realizan ollas solidarias, arepazos, jornadas médicas. Visitan a los enfermos y abuelos que se encuentran en las casas hogares, como es el caso de la parroquia Santa Cruz, ubicada a pocos metros de la urbanización José Gil Fortoul donde los fines de semana realizan actividades para los ancianos.
El padre, Badoglio Durán, párroco de la iglesia Catedral, explicó que de manera bimensual apoyan a habitantes de los sectores aledaños y a todos los que están en condiciones vulnerables, además resaltó que hay personas que acuden a la iglesia y piden ayuda para alimentos.
Las iglesias cuentan con el apoyo de los feligreses que, según los párrocos consultados, dan aportes para los más necesitados, lo que agradecen. Invitan a los demás devotos y empresas que se unan para seguir aportando un granito de ayuda a quienes lo necesiten.
Detrás de la parroquia Santa Cruz se encuentra la sede de Cáritas de esa zona, allí están trabajando para lograr que cada fin de semana más de 100 personas puedan tener una taza de sopa.
«Hemos hecho muchas actividades, ayudamos a las personas con comidas y jornadas médicas, entre esas de oftalmología», dijo Yakeline Montes, de Cáritas Santa Cruz.