Osman Rojas D. | LA PRENSA de Lara – La crisis acabó con el control prenatal. Como si el mundo se hubiese estancado en los años 40 en estos momentos las mujeres llegan a las salas de parto para dar a luz de la forma más primitiva posible. Ni un eco, ni un examen sanguíneo acompaña a las parturientas que son atendidas en la red pública.
De acuerdo a la información aportada por médicos del Servicio de Maternidad del Antonio María Pineda de Barquisimeto, el 90% de los partos atendidos en la institución (nueve de cada diez) se hacen sin un valor de referencia.
«Cuando no se tiene una prueba sanguínea para saber cómo está la parturienta todo se complica. Hay mujeres que llegan con la hemoglobina en ocho y nosotros no sabemos, porque no tenemos una referencia. Esto hace que la persona se complique y ponga en riesgo su vida en medio de un trabajo de parto«, explica la doctora Deyanira Gentile, médico intensivista.
La especialista comenta que las pruebas sanguíneas, básicas en los trabajos de parto, son las que más dolores de cabeza generan a la hora de un alumbramiento, pues no se saben las condiciones clínicas del bebé. «Hay pruebas como el de la sífilis que se debe hacer cada tres meses para descartar que esta infección esté presente en los niños. Esto no se cumple», dice.
La ausencia de un control prenatal es tan evidente que, de acuerdo a lo explicado por los médicos, no hay forma de saber si la parturienta llega a sala de parto con una hipertensión arterial inducida por el embarazo. «Todos estos datos deben ser aportados por el médico que controla el embarazo, pero ahora mismo la gente no está en control. Hay personas que, cuando mucho, llegan con un eco y una pelvimetría a parir. Así hay que atenderlas», dice el doctor René Rivas, presidente del Colegio de Médicos en el estado Lara.
La ausencia de un control prenatal no se ve reflejado sólo en la ausencia de exámenes a la hora de pujar y es que, según cometan los especialistas, el 80% de las mujeres (8 de cada 10) no consume ni ácido fólico ni vitaminas.
El primitivo estado en el que son traídos los niños al mundo en estos momentos recuerda la época en las que las mujeres parían sólo bajo la supervisión de una matrona (mujer que sin tener conocimiento médico atendía los partos en las comunidades) pues la crisis económica hace que sea prácticamente imposible poder controlar un embarazo.
Muertes sin control
La falta de un control prenatal es un factor de riesgo para las mujeres embarazadas. Según las estadísticas de la Organización Mundial para la Salud (OMS) el contar con un buen control en la etapa de gestación disminuye en un 80% los riesgos a la hora de entrar a sala de parto. Esta premisa en Venezuela no se respeta y ese es un factor determinante para explicar las muertes maternas que, desde el 2010, se presentan con bastante frecuencia en la región.
De acuerdo a los datos que manejan organizaciones como el Laboratorio de Desarrollo Humano (Ladeshu) estos números han subido dramáticamente en la región. En 2010, por ejemplo, se totalizaron 18 decesos de parturientas en la región. Estos números aumentaron a 20 en el 2012 y alcanzaron su punto máximo en el 2017 cuando se contabilizaron 64 muertes maternas en 12 meses.
«Estas muertes se presentan por la falta de control prenatal. Es lamentable ver cómo una mujer embarazada complica su vida en la etapa de gestación. Hay muchas mujeres que tienen un embarazo de riesgo y no se enteran», dijo en su momento el doctor Jesús Montilla, docente que participó en la investigación publicada por Ladeshu.