Isabella Delgado | LA PRENSA.- En la vereda 74 del sector II de La Carucieña siempre huele mal. Es de esos olores putrefactos que producen la necesidad de detener la respiración hasta alejarse del lugar.
Desde hace dos años, las más de 15 familias viven en la vereda toleran el colapso de cloacas. Trancan puertas y ventanas para alejar el olor nauseabundo al menos para comer, pero por más que quieran no lo pueden evitar, ellos no se pueden alejar.
La vereda de esta comunidad ubicada al oeste de Barquisimeto es una de las que resiente el colapso total de las cloacas de Barquisimeto pues Julio Gutiérrez, vicepresidente del Colegio de Ingenieros de Lara, la vida útil de la red de tuberías venció hace más de 15 años.
En el caso de La Carucieña el colapso comenzó entre las calles 16 y 17. Las aguas negras empezaron a salir por las tanquillas de la vereda y por la casa de Epifanía Barreto.
Los vecinos se hartaron del mal olor que salía por doquier y abrieron un hueco en el colector a la altura de la plazoleta del sector para que el excremento y aguas cloacales tuvieran una única salida.
Es lo que nos tocó hacer. Hemos llamado a Hidrolara, a Luis Jonás (diputado al CLEL), a la Gobernación, ha venido La Prensa. Vienen meten el vactor (equipo succionador de obstrucciones), las guayas, pero nada. Estamos solos”, contó Moraima Peña, una de las afectadas.
Y es que durante 2016 seis comunidades salieron a la calle a protestar en exigencia de solución al colapso. De forma pacífica, 54 comunidades se pronunciaron públicamente a través de las páginas de La Prensa para exhortar a Hidrolara y al Gobierno nacional a destapar sus cañerías y sustituir tramos de la red; 53 hicieron lo mismo en 2015 y otras 60 en 2014. En el departamento de reclamos de Hidrolara se reciben al día enpromedio entre 40 y 50 reportes nuevos o de reincidencias.
Ninguna hidrológica del país tiene pulmón económico para sustituir toda la red de una ciudad, coinciden Gutiérrez y Pedro Sánchez, presidente encargado de Hidrolara.
Inflación es determinante.
La sustitución de 100 metros de tubería pasó de costar 600 mil bolívares en enero de 2015, para alcanzar los Bs. 20 millones al cierre de este año.
Los altos costos es uno de los factores que hacen que este tipo de políticas públicas competan de forma directa al Gobierno nacional, a través del Ministerio de Ecosocialismo y Agua.
“La competencia de Hidrolara es potabilizar, distribuir y mantener. El Gobierno nacional debe pensar en la calidad de vida de los usuarios. Sería necesario, por lo menos ir haciendo progresivamente cada año una inversión (..) Nosotros ya hemos elevado proyectos, que es lo que nos compete, como el caso de La Carucieña”, dice Sánchez.