Osman Rojas | LA PRENSA.- La insalubridad se apoderó del Hospital Central Antonio María Pineda. Ausencia de insumos y equipos básicos de limpieza, aunado a la falta de ascensor para bajar los desechos biológicos, ha convertido al centro médico en un chiquero. Así lo denuncian los trabajadores de la institución.
Moscas en los pasillos y papeles tirados en las esquinas es la imagen que se encuentran los familiares cuando ingresan al recinto. El edificio que tiene a 600 pacientes hospitalizados ha sentido de forma directa los embates de la crisis y tanto familiares como trabajadores han denunciado las condiciones insalubres del hospital. “En cualquier momento los pacientes se infectan. Eso adentro huele a muerto”, indica Annais Perdomo, hija de un señor de 57 años que se encuentra internado en Emergencia desde el pasado día sábado.
Carmen Medina, camillera del Hospital Central, denunció en días pasados las condiciones en las que se encuentra el hospital y aseguró que las autoridades han llegado al extremo de pedirle a los trabajadores que usen bolsas plásticas como guantes. “Adentro no hay nada para limpiar y eso no es justo porque nosotros venimos con la determinación de trabajar, pero tampoco vamos a arriesgar la salud por sueldo mínimo”, dijo Medina al ser consultada.
La trabajadora asegura que la escasez es tan marcada que ellos han llegado al extremo de pedirle a los familiares que consigan cloro, jabón líquido o desinfectantes para poder mantener las áreas del hospital medianamente limpias. “La gente colabora, pero ese no es el deber ser. Nosotros no tenemos ni buenos cepillos para limpiar y todas esas cosas limitan de forma directa nuestro trabajo”, lamenta Medina.
Áreas como Maternidad, Sala de Parto, Traumatología y Pabellón son las que más sufren por la escasez de insumos para limpiar.