Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.– Nicolás Maduro asegura que este año hubo crecimiento económico en Venezuela, pero los números que da son un falso optimismo que no pueden tapar el hambre, la miseria y la desnutrición que afecta a nuestros niños. Las declaraciones del Gobierno pueden ocasionar un fenómeno negativo para el país, que los potenciales donantes de recursos financieros y de ayuda del exterior suspendan sus donaciones, asumiendo que el Gobierno ya tiene recursos y ha alcanzado una recuperación económica», así lo advirtió el médico internista, José Félix Oletta, exministro de Salud, al asegurar que la nación sigue en emergencia humanitaria compleja.
Se refirió a la pandemia y al precario programa de vacunación anticovid-19 que ha desarrollado el Estado venezolano, afirmando que en Venezuela no se ha alcanzado la inmunidad de rebaño. «El régimen habla que va a aplicar la vacuna de refuerzo, tercera dosis a partir de enero. Cuando los países han aplicado terceras dosis es porque han alcanzado niveles muy elevados de vacunación en la población, más del 70% de vacunación en la población y aquí se estaría iniciando esa tercera dosis, escasamente con un 45% o un 50% de la población que ha recibido realmente una vacunación efectiva«, comentó.
Si tuviera que dar un diagnóstico de la situación del sistema sanitario venezolano, ¿cuál sería?
Nuestro sistema de salud tiene una situación de calamidad muy grande, porque por un lado el impacto de la pandemia ha absorbido los recursos escasos disponibles, los recursos financieros, humanos, técnicos, equipos y el resto de las enfermedades están en una situación de atención precaria. Tanto las emergencias por otro tipos de enfermedades infecciosas, traumáticas, accidentes, o que requieren atención inmediata, como las enfermedades crónicas.
¿Qué balance hace de las condiciones en las que se encuentran los 306 hospitales de Venezuela?
Para que tengas una idea de la situación de la red hospitalaria, las principales causas de morbilidad en Venezuela son las enfermedades crónicas y, por ejemplo, los pacientes oncológicos. Tenemos 19 centros públicos para la atención a un número superior de 20 mil personas que requerían tratamiento de radiación, y escasamente en este momento hay uno o dos funcionando. Eso nos lleva a una situación muy crítica. Lo mismo está ocurriendo para los pacientes con enfermedades renales, cardiovasculares, respiratorias, autoinmunes o aquellos que requieren trasplante de órganos.
¿Seguimos en emergencia humanitaria compleja? Nicolás Maduro habla que el país creció económicamente este año.
Son declaraciones ilusorias que no puedan tapar que el 95% de la población en Venezuela vive en pobreza.
¿Está en riesgo la posibilidad que el país acceda a ayuda humanitaria con estas declaraciones del presidente?
Sí. El escenario que puede ocurrir es que los potenciales donantes financieros de ayuda del exterior, bueno simplemente van a suspender sus donaciones asumiendo que el Gobierno ya alcanzó una recuperación económica.
Hasta el 9 de diciembre la ONG Médicos Unidos de Venezuela registró 806 trabajadores de salud pública fallecidos por covid-19. ¿Qué hace tan vulnerables a los médicos venezolanos? ¿Por qué en ciudades como Nueva York no hay ni un galeno muerto en pandemia?
Fundamentalmente, los profesionales que trabajan en los hospitales estamos expuestos a riesgos profesionales, por lo tanto debimos ser los primeros en recibir la vacuna, pero eso no fue así, los primeros que se vacunaron fueron los miembros de la Asamblea Nacional elegida en diciembre de 2020. Eso ya le señala una injusticia profundamente llamativa. Adicionalmente, ha habido una carencia muy importante de medios de protección biológica para los profesionales que trabajan en los hospitales, como mascarillas, guantes, eso no se ha corregido.
En junio de 2020, el gobierno interino y el gobierno de Nicolás Maduro alcanzaron un convenimiento con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), para que la red de salud pública recibiera esos insumos biológicos. ¿Qué pasó con ese acuerdo?
No han sido cumplidos por el Ministerio del Poder Popular para la Salud. No se sabe cómo millones de equipos, de material, de mascarillas de protección, de ropa, fueron utilizados. En dos palabras, el Gobierno tenía la responsabilidad fundamental porque la Ley Orgánica de Condiciones y Protección en el Trabajo así lo exigía, no es posible que el Gobierno se hubiera sacudido su responsabilidad como patrono de proteger adecuadamente a los profesionales de la salud en medio de una pandemia, por eso han muerto más de 800 personas.
En Venezuela han aparecido enfermedades que ya habían sido controladas, como la fiebre amarilla, la malaria, la difteria. ¿Qué análisis hace de esa situación?
El caso de la malaria los recursos van a ser utilizados para atender la COVID-19. Pero se abandonaron los programas de control epidemiológico, en consecuencia, malaria, dengue, fiebre amarilla están en una situación no controlada. En el caso de la malaria, sigue siendo Venezuela el país que más casos y más muertes reporta en el continente.
¿Cuántos recursos destina el Estado para atender la malaria?
Se calcula que menos de 10 centavos de dólar son utilizados por cada paciente que requiere atención en Venezuela. Esta enfermedad está afectando 18 estados en el país y que impacta a una situación de riesgo de más del 50% de la población venezolana, estamos hablando de más de 14 millones de personas expuestas a riesgo.
¿Cómo es posible que mientras en el mundo la variante ómicron ha creado récord de contagios, en Venezuela la curva de casos COVID-19 ha descendido con flexibilización de la cuarentena?
El comportamiento de los números de COVID en Venezuela no son confiables, porque solamente se están reportando en forma tardía casos confirmados y esos casos confirmados pueden corresponder a días anteriores. Desde el día 3 de abril de 2021 no se publica el número de pruebas que se realizan en el país y eso significa que hay una falla muy importante del proceso de investigación epidemiológica de la pandemia.
¿Se puede creer en Maduro, cuando dice que en Venezuela hay 87% de inmunizados del COVID-19?
Esa es otra cifra que no tiene soporte y que no ha sido certificada de ninguna manera. Estimaciones que hay con encuestas llevan ese número entre 43 y 50% de personas que han recibido alguna dosis para la inmunización.
Anunciaron 9 casos de ómicron en Venezuela. ¿Cómo actúa esta nueva cepa?
Se sabe que esta variante tiene una capacidad de contagio muy alta, una transmisión muy elevada equivalente a la de enfermedades virales, como el sarampión. Los pacientes que hayan sido vacunados o que tengan algún grado de inmunidad porque fueron afectados por otras variantes de COVID, no tienen una inmunidad en relación con esta nueva variante del virus, en consecuencia, cualquiera puede sufrir la enfermedad.
¿Ante lo contagiosa de esta nueva variante, qué deben hacer las autoridades?
Completar de manera efectiva la inmunización de las personas y en segundo lugar no reducir las medidas generales no farmacológicas, como utilización de las mascarillas, el distanciamiento físico y todo lo que es la higiene de la relación interpersonal, la higiene de las manos, asumiendo que la ómicron pueda tener un impacto de enfermedad menor. Por el contrario, si hay mayor número de casos también puede haber mayor número de personas que requieran servicios hospitalarios y eso representaría un grave problema para Venezuela que está muy limitada en capacidad de hospitalización o cuidados intensivos.
Ante la importancia de la garantía de la vacunación, ¿cómo interpreta esos anuncios desde el Ejecutivo nacional de pretender incluir prototipos cubanos Abdala y Soberana 2, sin la certeza de la publicación de los resultados del estudio de la tercera fase experimental?
Definitivamente es un error gravísimo del Gobierno intentar promover estos candidatos vacunales en la población como si fueran vacunas. Primero, porque eso no es lo correcto, son prototipos de vacunas que no han sido probados en ninguna parte del mundo, aplicarse de una manera general a la población ofreciéndole la protección y seguridad que estas vacunas deberían tener es un error que debe ser condenado.
¿Está en capacidad el Estado venezolano de cumplir la tercera dosis de refuerzos del COVID-19?
Solamente se habla de la existencia de 6 millones de dosis del refuerzo de la Sputnik Light, las otras están por verse que pueden llegar en enero y son 12 millones de Sinopharm. Aparte de ese prototipo de Abdala que se ha anunciado, de modo que se está hablando de unas 18 millones de dosis y eso probablemente es una cantidad que es insuficiente para completar el plan de vacunación. Hay un punto importante, cuando la población de la mayoría de los países que han aplicado terceras dosis es porque han alcanzado niveles muy elevados de vacunación, más del 70% de vacunación en la población y aquí se estaría iniciando esa tercera dosis escasamente con un 45 o un 50% de la población que ha recibido realmente una vacunación efectiva.
«El Gobierno permitió el ejercicio ilegal de la medicina desde 2003»
El exministro de Salud, José Félix Oletta, informó que este año han aumentado los casos de personas que ejercen ilegalmente la medicina, porque en Venezuela no hay ningún control y es un país donde impera la impunidad por falta de instituciones autónomas. Alega que desde 2003 ha sido el gobierno venezolano el que ha promovido el ejercicio ilegal de la medicina, cuando han ingresado médicos cubanos que no tienen el conocimiento ni cuentan con registro sanitario nacional.
«En el país desde hace años se está produciendo un ejercicio ilegal de la profesión con los ‘médicos’, los cooperantes cubanos, que tienen ejercicio de la medicina en Venezuela y no tienen registro sanitario. Firman o sellan sus números con los registros de sus países de origen cuando los presentan, pero no han sido registros que nosotros conozcamos, y en consecuencia si no hay registro sanitario ellos no pueden certificar un nacimiento ni un acta de defunción, pero están haciendo el ejercicio clínico, están medicando, están prescribiendo los medicamentos sin ningún tipo de control», denunció. Asimismo, ha ocurrido con la venta de fármacos que son importados.