Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- Los niños, niñas y adolescentes venezolanos que han migrado en condiciones de pobreza extrema, desnutrición y sin documentación de identidad hacia Colombia, son las víctimas más vulnerables y llegan a convertirse en carnada del crimen organizado, de la trata de personas, del mercado ilegal de órganos, la explotación sexual, la mendicidad y hasta de ser abandonados por sus padres.
De acuerdo con una investigación publicada el 2 de abril por el portal web de noticias RCN en Colombia, unos 3.643 menores de edad venezolanos tienen un proceso legal activo por ser víctimas de violencia como maltrato, abuso sexual y explotación laboral en el vecino país. Este medio señala además estadísticas del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), al indicar que 1.195 niños y adolescentes connacionales ingresaron al Proceso Administrativo de Restablecimiento de Derechos (Pard), por abandono.
Zair Mundaray, consultor jurídico de la Embajada de Venezuela en Colombia, designado por el gobierno interno, explica que estos procedimientos legales se dan por multiplicidad de situaciones, las más frecuentes es que estos niños son encontrados por policías mientras están mendigando en las calles solos o en compañía de sus padres. El Código Procesal Penal de Colombia, que fue modificado hace un año, castiga con penas muy severas a quienes utilizan niños para la mendicidad o trata.
También es frecuente que trabajadores del sistema de salud pública de Colombia, atiendan un caso de un niño venezolano en estado de desnutrición y lo reporten inmediatamente al ICBF.
«La policía puede iniciar un procedimiento ante ICBF, denominado De Restitución de Derechos. Es un proceso para un migrante complejo porque generalmente no tienen asistencia jurídica. El ICBF designa un defensor de familia que tiene la facultad de colocar al niño en una supervisión en el mismo grupo familiar, o sacarlo y colocarlo en una casa de abrigo o con una familia sustituta. En esos casos la familia es sometida a estudios psicológicos, sociales, se analiza su vivienda, evalúan si el niño estudia o no, si tiene dinámicas de recreación, y un esquema de vacunación completo», explicó.
Las familias venezolanas que son sometidas a esta investigación, deben acatar una serie de recomendaciones en un tiempo breve para recuperar a sus hijos, pero Mundaray indicó que el problema es que no cuentan con recursos, viven en condiciones infrahumanas y no suelen tener las condiciones de viviendas adecuadas para brindarle protección o garantizarles salud y educación a sus hijos.
«Muchos migrantes no conocen el sistema de salud, entonces no incluyen a los niños o por falta de documentación o por negligencia. Es obligatorio que los niños estén en un sistema de salud, ya sea en un sistema pago por los familiares o en un sistema subsidiado del Estado. Los niños que no cuentan con identificación están en una mayor vulnerabilidad, no tienen cómo ingresar al sistema educativo a pesar que se han dictado normas que permiten el ingreso de los niños migrantes venezolanos a las escuelas sin ningún documento. Pero frente a ese desconocimiento y también a veces a la falta de socialización de estas normas, por parte de algunos funcionarios, se les impide el acceso a instituciones educativas«, resaltó.
Según Migración Colombia, existen 1.8 migrantes venezolanos en este país, de los cuales 420 mil son menores de edad.
«Las familias venezolanas se van huyendo de un deterioro de la calidad de vida y frente a ese deterioro la migración surge como una opción de supervivencia. En ese sentido los altos niveles de vulnerabilidad que afectan a los niños y a las familias, vinculados a hambre, pobreza, hacen que muchas familias viajen sin documento de identificación y otros con documentos vencidos, muchos niños viajan solos o acompañados. Un niño no identificado es altamente vulnerable a ser víctimas de trata, explotación, sustracción u otras formas de violencia», expresó Carlos Trapani, abogado y coordinador general de CECODAP, organización venezolana para la promoción y defensa de derechos de la niñez y adolescencia.
Zair Mundaray, quien fue fiscal del Ministerio Público en Venezuela, indicó que hay infantes migrantes venezolanos que viajan sin compañía. La mayoría adolescentes que han pasado hacia Colombia a buscar un familiar, o llegan con amigos o personas que no son representantes, que los pasan por los pasos irregulares conocidos como trocha desde Táchira, Zulia o Apure, y a veces no suelen portar ni una partida de nacimiento.
«También se dan casos de niños y adolescentes abandonados por sus padres en Colombia, los han dejado en cuidados de terceros y se van hacia Perú, Chile, otros destinos, algunos consideran buscarlos luego, otros ven a los hijos como una carga y los dejan atrás«, señaló.
Estos niños abandonados entran en un limbo jurídico, porque sin que los padres sean localizados no se declara el abandono absoluto, por lo tanto no pueden ser incluidos en un sistema para ser adoptados y pueden quedar dentro del sistema de protección hasta los 21 años, que es cuando cesa la protección del ICBF.
Carlos Trapani, informó que cuando se dan estos casos, las autoridades colombianas tratan de comunicarse con el gobierno de Nicolás Maduro, que es el que ejerce el poder en Venezuela, para que estos infantes sea repatriados y se logre una reunificación familiar, pero el gobierno nacional no actúa.
«Hay un tema de inacción del sistema de protección venezolano, no solo por ser Colombia un país con el que Venezuela ha roto relaciones, hay muchos países de América latina donde se inician esos procedimientos de protección a venezolanos menores de edad abandonados y no hay respuesta en este país. Eso refleja una profunda fragilidad del sistema de protección del niño, niña y adolescente», recalcó.
Venden a sus hijos
La escritora Leonor Peña, habitante de Pamplona en Colombia, informó que los niños migrantes venezolanos también son vendidos por sus padres a redes del crimen organizado.
«A los niños venezolanos los hace más vulnerables que los padres son muy jóvenes. Hay madres que tienen 18 años y ya tienen tres hijos, a veces llegan a Colombia embarazadas. En toda la frontera están los coyotes, pendientes de quien ingresa, y cuando ven una víctima así las captan y les ofrecen dinero por sus hijos«. expresó.
Afirma que el tráfico de personas comienza desde La Parada, el primer barrio colombiano al dejar la frontera venezolana.
«Conocí un caso de una mujer de 17 años que se vino de Venezuela a dar en adopción a un niño. La contactaron redes criminales por las redes sociales, le pagaron tres millones de peso (797 dólares). La llevaron a una finca, la hicieron parir, entregó a su bebé y no supo más nada», relató.
Alega que el 0,1% de los casos esos niños son adoptados por una familia que los compra. «En la mayoría de los casos los compran para extirparles los órganos, las sextas satánicas para sacrificarlos en su ceremonias, o les atrofian una mano para que den lastima y ponerlo a pedir limosnas», denunció.
Huyen más de mil a diario
El éxodo masivo de venezolanos sigue activo. En promedio unas 1500 personas diariamente cruzan la frontera colombo venezolana. La mayoría buscan el Tapón del Darién o el Golfo de Urabá, para llegar a Panamá, y tratar de ingresar a México, Estados Unidos y Canadá.
Quienes transitan por el Tapón del Darién en la frontera Colombo-Panameña, son las personas más empobrecidas. El año pasado cruzaron oficialmente 2.816 venezolanos. En los dos primeros meses del 2022, van más de 2.500 venezolanos. Los connacionales representan el 54% de las personas que transitan por esa selva inhóspita, superando a los haitianos y cubanos», informó Alexander Campos, experto en migración, director de Centro de Investigaciones Populares.
Afirma que los migrantes venezolanos siguen caminando, pero ya no se ven con tanta frecuencia cruzando el país hasta Colombia, lo hacen en tramos del trayecto, como los que buscan ingresar a Chile por pasos ilegales, y deben caminar el desierto de Atacama, límite con Bolivia.
Tramitan papeles de identidad
«En Venezuela hay una negación sobre el derecho de identidad en la que ha incurrido el régimen, al inducir a que muchos niños en Colombia lleguen sin identidad», comentó Zair Mundaray, consultor de la Embajada de Venezuela en Colombia.
Sostiene que para dar solución a este problema, esta embajada designada por el gobierno interino, mantiene comunicación con la Cancillería de Colombia y con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar para regularizar la documentación de estos niños.
«Tratando de resolver la identidad a aquellos niños que llegaron a Colombia sólo con el registro hospitalario de nacimiento», informó.
«Gobierno silencia la migración»
«Autoridades venezolanas buscan silenciar la migración masiva de venezolanos y las condiciones deplorables como realizan la travesía. Desconocen la diáspora para no reconocer el impacto de la emergencia humanitaria compleja», indicó Fernando Pereira, educador y fundador de CECODAP.
Destacó que la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), estimaba que desde el año 2015 más de 25.000 niños y adolescentes han migrado de Venezuela no acompañados o separados de sus padres, entendiendo por ello que cuando viajan en compañía no se trata de su representante.