La neumonía es una de las principales causas de perdida de vida por infección respiratoria. Los niños menores de cinco años y los pacientes con comorbilidades u organismos inmunosuprimidos son los más vulnerables, siendo propensos a desarrollar complicaciones graves.
Neumonólogos e internistas coinciden en que los médicos no deben confundir la neumonía con cuadros virales. Además, hacen un llamado a los pacientes que presenten dificultad respiratoria por más de 48 horas acudir a una consulta especializada, con el fin de evitar la hospitalización o el ingreso a unidades de cuidados intensivos.
Según registro del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), en 2021 la mortalidad infantil era superior a cualquier otra enfermedad infecciosa, cobrándose la vida de más de 700.000 niños menores de 5 años de edad cada año, con un estimado de 2.000 a diario.
La neumonólogo, Karina Suárez, precisa que los niños están en pleno desarrollo de su sistema inmunológico, teniendo factores de riesgos como antecedentes familiares o padecer de alergias. Por eso, insiste en el cumplimiento del esquema de vacunación, cumpliendo las dosis contra el neumococo, aunque representan un gasto adicional debido a que aún no están incluidas en el programa nacional del sistema público y sólo se administran en centros privados. También incorporar la vacuna contra la influenza, considerando que ambas disminuyen la gravedad de la neumonía.


Neumonía puede evitarse con vacunas
La también neumonólogo, Gabriela Ghini, dijo que hasta en 80% se pueden evitar complicaciones con esas vacunas. Además, reiteró que ningún paciente puede desestimar un cuadro respiratorio que supere las 48 horas, el médico debe estar atento a los síntomas, como la saturación del oxígeno, fiebre alta y demás indicadores obtenidos en el examen físico, junto a rayos x de tórax y perfil respiratorio.
«Pero lamentablemente, se viene perdiendo el protocolo, cuando a algunos médicos generales les cuesta diferenciar neumonía de bronquitis o asma», señala el internista, Édgar Capriles, indicando que el primer médico tratante tiene la capacidad de descartar por la evaluación física y con las interrogantes que permiten conocer los antecedentes familiares, hábitos perjudiciales, como el cigarrillo o si el paciente está expuesto a lugares confinados con humo.
Con este abordaje, se conocen comorbilidades como virus de inmunodeficiencia humana (VIH), cáncer, diabetes, cardiopatías, fibrosis quísticas y otras enfermedades pulmonares. Según la neumonólogo Ghini, estos pacientes pueden estar más propensos a la neumonía por estafilococos, cuya destrucción de los pulmones es tan agresiva que puede ser mortal en 24 horas. Además del riesgo por sepsis con una infección peligrosa que puede diseminarse a otros órganos, meningitis bacteriana y hasta el peligro de un derrame pleural, por la acumulación de líquidos, siendo más grave al convertirse en empiema, debido a la cantidad de pus.


Cuidados en pacientes comorbilidades
Una situación que evita la señora María Hernández, cuyo hijo padece de fibrosis quística, cuya secreción de flema es tan espesa que puede acumularse en los pulmones y servir de especie de cultivo para el desarrollo de bacterias que propician la neumonía. Ella está atenta para que sea atendido por el especialista, al presentar el mínimo malestar, tos repentina, cambios en el aliento y hasta por simple prevención, cuando se ha mojado por la lluvia.
Los cambios bruscos en el ambiente siempre representan una amenaza para su hijo, a quien le refieren el examen de esputo para identificar la infección respiratoria. No puede permitir que los síntomas avancen, por eso le aplican tratamiento endovenoso y nebulización cada ocho horas con solución a base de cloruro de sodio. También le indican tomar líquido y generalmente, antibióticos antibacterianos.
Los especialistas insisten en este tipo de cuidados, así como el lavado correcto de manos en niños, cumplir su esquema de vacunación y usar el tapaboca ante cualquier cuadro gripal, teniendo la conciencia de evitar más contagios.


