Agencias | LA PRENSA DE LARA.- Entre los sismólogos no cabe ninguna duda de que el terremoto de Turquía, de magnitud 7,8, ha reunido todos los ingredientes para causar una gran catástrofe.
A la importante magnitud, poco habitual en Europa, se suma que el temblor se ha producido en tierra y cerca de zonas muy pobladas. «Cumple todos los requisitos para que sea muy muy devastador», asegura Juan Vicente Cantavella, director de la Red Sísmica Nacional del Instituto Geográfico Nacional (IGN). Y el peligro no ha pasado. Ahora las réplicas, que pueden llegar a tener una intensidad considerable, representan un importante riesgo, afectando a unas infraestructuras ya dañ;adas y a rescates en marcha. «Pueden ocurrir desgracias de nuevo con cierta probabilidad», apunta el experto.
El terremoto se ha producido esta madrugada en el sur de Turquía, en una zona en la que entran en contacto la placa Arábiga y la subplaca de Anatolia, lo que la convierte en un área susceptible a los eventos sísmicos. Pero el de este lunes ha sido el peor al menos desde 1939, según Turquía. El terremoto principal ha ido seguido de numerosas réplicas, la primera tan solo 11 minutos más tarde, con una magnitud de 6,7. Ahora, menos de doce horas después, se ha producido otro terremoto aun más potente, de 7,5, en Turquía central, es decir, en una zona más al norte, lo que ha disparado las alarmas.
«Podría ser el disparo de una falla que también estaba cargada», asegura el geólogo Raúl Pérez-López, del Instituto Geológico y Minero de Españ;a (IGME-CSIC), en un fenómeno que se llama ‘triggering’. Es decir, el terremoto principal ha afectado a un área tan grande que ha podido influir en otra estructura paralela de falla que también podría estar cerca de fracturarse. Y ahora ambas generarán sus propias réplicas. «Un terremoto de 7,8 afectado a otro de 7,5 puede ser doblemente devastador», valora el experto.
De hecho, el gran peligro de los terremotos está en las horas posteriores al temblor principal, ya que aunque la intensidad habitualmente es menor, los edificios ya están dañ;ados y las labores de rescate está en marcha. La experiencia dicta que «normalmente, a las 24 horas» suele haber un nuevo terremoto, e incluso dos o tres días después, que en este caso lo normal sería que estuviera en una magnitud de entre 6,7 y 6,9. «La gestión de las réplicas es muy importante», explica Pérez-Lçopez, quien también a punta a que el área sur de Turquía «se puede ver afectada en cualqyuier momento por terremotos devastadores».
El primer terremoto se ha debido al desplazamiento de una «falla de desgarre», que ha tenido lugar a lo largo de casi 200 kilómetros. «Es una superficie grande, y el desplazamiento puede ser de hasta 3 metros», apunta Cantavella.
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