AFP | LA PRENSA.- La familia de Donald Trump siempre estuvo íntimamente ligada a sus negocios, y ahora lo estará a su gobierno. Esquivando críticas por nepotismo y conflictos de interés, Trump quiere a su hija Ivanka y a su yerno en la Casa Blanca.
El magnate neoyorquino, que será el presidente más rico de la historia de Estados Unidos, designó al marido de su glamorosa hija Ivanka, el también multimillonario de los negocios inmobiliarios Jared Kushner, como alto asesor de su gobierno. Para muchos expertos esa nominación viola la ley federal de nepotismo.
La pareja anunció que se mudará con sus tres hijos pequeños a Washington, donde Ivanka parece prepararse asimismo para ejercer un rol importante en el equipo de la presidencia.
Pese a su inexperiencia en la vida política y su juventud, Kushner e Ivanka, de 36 y 35 años, ya pueden ser considerados como dos de los jóvenes más poderosos en la vida política de Estados Unidos.
Los otros dos hijos de Trump, Donald Jr. y Eric, que como Kushner e Ivanka lo asesoraron durante la campaña e integran su equipo de transición, no tendrán cargos formales en su administración, pero controlarán su vasto imperio inmobiliario.
“Lo dirigirán de manera muy profesional”, dijo Trump a periodistas. “No discutirán el asunto conmigo”, añadió en un esfuerzo por acallar las críticas sobre potenciales conflictos de interés.