Más de dos millones de personas han sido evacuadas en la provincia de Punjab, en Pakistán, debido a las devastadoras inundaciones que azotan a la región. Las autoridades dieron a conocer que otros 150,000 civiles han sido reubicados en la provincia vecina de Sindh, destacando que esta cifra podría aumentar en los próximos días.
Las lluvias monzónicas desde finales de este junio han provocado el desbordamiento de diversos ríos, generando así las peores inundaciones en años. Las fuertes corrientes de agua no solamente han arrasado grandes extensiones de cultivos y viviendas, sino que también han cobrado la vida de más de 900 personas en todo el país.
Otro factor que ha empeorado el impacto de esta catástrofe, es el frágil sistema de alerta y las infraestructuras débiles, que se ven aún más afectadas con la falta de inversión gubernamental en la mitigación de desastres.


Pakistán declara estado de emergencia
Ante la situación, las autoridades pakistaníes declararon un estado de emergencia climática y el primer ministro, Shehbaz Sharif, ordenó un plan de 300 días para abordar los desafíos que plantea el cambio climático.
La comunidad internacional ha respondido a la crisis, con la ONU asignando 5 millones de dólares para apoyar a Pakistán, mientras que el Departamento de Estado de los Estados Unidos aprobó financiamiento y desplegó personal de respuesta a desastres, la primera ayuda de este tipo durante el segundo mandato de Trump.
El jefe de gestión de desastres de Pakistán, Inam Haider Malik, estimó que pasarán semanas antes de que el agua se seque y puedan comenzar los trabajos de rehabilitación en miles de aldeas y campos.