En la mañana de este sábado, 26 de abril, comenzaron las celebraciones funerales del Papa Francisco con la Misa Exequial, realizada en el atrio de la Basílica de San Pedro, en el Vaticano.
La liturgia fue dirigida en latín por el Cardenal Giovanni Battista Re, decano del colegio cardenalicio, y estuvieron presentes 980 concelebrantes entre obispos, sacerdotes y los cardenales, además de 200 ministros de comunión.


Frente al altar reposaba una imagen muy estimada por el Papa Francisco, el icono de la Salus Populi Romani. Cientos de miles de personas estuvieron presentes en esta misa especial, que rinde homenaje a quien fue un gran pontífice y dejó un legado imborrable en la Iglesia Católica. Entre ellos, los representantes de varios Estados, como presidentes y ministros.
El funeral inició con la Misa Exequial, que resaltó el legado del Papa Francisco.
Durante su homilía, el Cardenal Re dijo «El Papa Francisco solía concluir sus discursos y encuentros personales diciendo: «No se olviden de rezar por mí». Ahora, querido Papa Francisco, te pedimos que reces por nosotros. Que bendigas a la Iglesia, bendigas a Roma, y te pedimos que bendigas al mundo entero desde el cielo«.


Asimismo, también resaltó que era un pontífice que vivía en medio de las personas con un corazón abierto a todos, con un modo pastoral en el cual “estableció un contacto directo con las personas y con los pueblos, deseoso de estar cerca de todos, con especial atención hacia las personas en dificultad”.
Finalizando la misa, el celebrante roció de agua bendita e inciensa el ataúd. Luego inició la procesión desde la Basílica de San Pedro hasta la Basílica de Santa María la Mayor, dónde las calles entre el Vaticano y Roma estaban llenas de fieles que despidieron al líder de su iglesia.