Luis F. Colmenarez | LA PRENSA DE LARA.- «Cuando uno es pobre, es pobre». La frase corresponde a la señ;ora Gladys Matute, quien desde hace dos añ;os vive en La Esperanza I, una humilde comunidad ubicada en Pavia, justo al lado del vertedero de basura que reúne los desechos de gran parte de Barquisimeto.
En los alrededores de este sector, ubicado al oeste de la capital larense, es común ver montañ;as de basura que se han integrado al panorama que a diario perciben las 20 familias que allí hacen vida.
Las necesidades sobre el terreno son palpables, carecen de servicios básicos como agua, aseo urbano, asfaltado y electricidad. Si bien se han valido de tomas ilegales para abastecerse de luz, esta no es suficiente y constantemente se presentan fluctuaciones que amenazan con acabar con los electrodomésticos que con tanto esfuerzo han logrado adquirir.
Los vecinos comentan que cuando llega la temporada de lluvias viven una verdadera película de terror. Y es que no sólo las vías se convierten en lagunas de barro, sino que el cableado comienza a echar chispas que ponen a temblar a más de uno.
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