María B. Jordán | LA PRENSA DE LARA.- Se convirtieron en letra muerta. Así es como califican los trabajadores de empresas e instituciones públicas las contrataciones colectivas de cada sector, el Gobierno Nacional se encargó de exterminar desde hace aproximadamente 10 años cada una de las cláusulas y ya no cuentan con salarios dignos, bonos ni seguridad social.
Trabajadores del área de salud, educación en todos sus niveles, además de empleados dependientes de la Gobernación de Lara, Alcaldía y sus instituciones, se sienten desasistidos y en precarias condiciones luego que las contrataciones colectivas pasaron a un segundo plano para sus patronos.
Alberto Perozo, miembro del sindicato de Corpoelec, corrobora que desde hace 6 años los compromisos laborales ya no existen, porque el Gobierno Nacional acabó con las discusiones de la contratación colectiva. En aquel entonces ellos devengaban su salario por niveles, por ejemplo iban desde el nivel 1 que ganaba 2.5 salarios mínimos hasta el nivel 12 y entre cada interescala tenían una diferencia del 10%. A ese monto debían sumarle los años de antigüedad y profesionalización, pero hoy no existe.
El sindicalista lamenta que perdieron los 50 salarios mínimos que adquirían anuales por escolaridad, además de becas y ayudas, mientras que los seguros de salud con cobertura total también eran parte de sus beneficios.
Orlando Chirinos, presidente de la Federación Única de Trabajadores del Cemento de Venezuela (Fetracemento) sustentó que los tabuladores de la administración pública desaparecieron y si bien es cierto que cada gremio y sector tiene su propia convención colectiva, en la actualidad todos son letra muerta, en el caso de ellos no la discuten desde el 2010 aproximadamente, perdiendo toda su seguridad socioeconómica.
En el caso del gremio de educación desde el 2018 están desasistidos «porque se firmó la II Convención Colectiva y llegó la reconvención monetaria y perdimos todo» detalló Laura Igarra, presidenta del Colegio de Licenciados en Educación. Denunció que las interescalas desaparecieron y hasta hoy les deben el 280% de aumentos.
Lo mismo sucede con el sector salud, pues el patrono incumple lo que está establecido y no los llama a dialogar.