Luis Marchán | LA PRENSA de Lara.-& ;A 72 horas para que la parroquia Juan de Villegas deje de existir con tal designación, dirigentes sociales, organizaciones no gubernamentales y líderes políticos opositores califican el cambio de nombre como un «circo» y «otro capricho familiar más de los Reyes» para buscar populismo dentro de los ciudadanos residenciados en la jurisdicción más grande de Lara y la que tiene más votantes y centros electorales en la entidad.
Consultados por LA PRENSA rechazan de facto todo el proceso convocado y promovido por la Alcaldía de Iribarren, Luis Jonás Reyes y el alto mando del PSUV en la región, pues indican que esta parroquia que tiene 40 años de fundada y que agrupa al menos a 500 mil habitantes tiene otras prioridades como lo son el mejoramiento de los servicios públicos, además de transporte, seguridad y vialidad.
Otro punto que preocupa, según los entrevistados, es la pobreza que arropa casi al 70% de los vecinos son las reflexiones que se expresaron en la mañana de ayer martes durante una concentración en la avenida La Salle, frente al Metrópolis y en una rueda de prensa ofrecida por el diputado a la Asamblea Nacional, Daniel Antequera.
Dirigentes sociales y miembros pertenecientes a la Red de Derechos Humanos (ReheLara), indicaron que los habitantes de los 1.500 barrios que conforman esta parroquia quieren que les sean resueltos sus problemas y no cambiar un nombre que costará muchos reales a la población y enriquecerá las arcas municipales.
Édgar Silva, coordinador de esta Ong’s, cuestionó la falta de atención a las necesidades de la parroquia, criticando a su vez la consulta electorera, considerando que esta zona es una de las más afectadas por la emergencia humanitaria, ya que según cifras el 54 % de la población tiene desnutrición; 43 % de la población está enferma; un 40 % de los sectores no cuenta con el agua; 50 % de los barrios están sin cloacas; un 40 % no les han arreglado las aguas residuales y el 60 % del transporte se encuentra destartalado.
Antequera criticó al alcalde de utilizar la fuerza para cambiar el nombre y que «pretende es invisibilizar estos problemas y someter por la fuerza el control y el chantaje político», señaló.