Henry Gómez | LA PRENSA.- La hiperinflación en la política económica afecta todos los espacios en la vida de los venezolanos. El béisbol no escapa de eso y actualmente asistir a un encuentro de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional para muchos puede convertirse en un lujo.
De acuerdo a la media, dependiendo de algunas variables, un fanático larense podría gastar el 47.60 % de su ingreso en salario mínimo (que está en Bs. 136 mil 544) en una visita a un encuentro del Cardenales de Lara en el estadio Antonio Herrera Gutiérrez. Es decir para ir a vacilarse un partido un guaro puede gastar hasta 65 mil bolos.
Los gastos inician desde que se cruza la entrada al nido cardenal a pesar de que antes del inicio de la temporada 2017-2018 de la pelota criolla, la directiva crepuscular reveló los costos de la boletería luego de cumplir esfuerzos para ajustarlos al alcance del público. En total, las entradas tienen un costo desde 2.500 a 30 mil bolívares, tomando en cuenta un punto medio el asistente común podría gastar 15 mil bolívares en la taquilla.
Ya inmerso en el ambiente festivo que refleja el béisbol venezolano, con espectáculo dentro y fuera del terreno de juego el gasto depende de las capacidades del consumo por cada asistente. Un aficionado podría gastar 12.000 bolívares por tomar tres cervezas mientras disfruta nueve innings entre cánticos, cornetas y uniformes con los colores del equipo alado.
El momento de la comida puede ser otro detalle importante en una jornada beisbolera. Lo más común son los perros calientes; en Barquisimeto, los hay de varios precios, depende del tamaño y los ingredientes que lo compongan un perro caliente puede costar entre 9.000 y 20.000. Igualmente en el caso de los pepitos y hamburguesas donde los precios rondan entre 35.000 – 50.000 y 27.000 y 33.000 respectivamente. Entre tanto, un refresco como compañía puede rondar los 3.000.
“A pesar de todo lo que pasa en el país uno hace el esfuerzo y compra para no perder la costumbre”, señaló José Torrealba, uno de los presentes en el partido entre el Cardenales y Tigres de Aragua el 25 de octubre.
Torrealba, comerciante de 27 años, añadió que los precios son reflejo de la situación en Venezuela. “En el estadio uno tiene una distracción y es una tradición para muchos venir al menos a un juego”, sentenció el joven.
Los costos de las balas frías también pueden ser de interés para cada guaro. Los tostones que comúnmente se pueden conseguir en mil bolívares en la calle o establecimientos tienen un valor de 2.500, otras golosinas como “palitos”, gomitas y galak pueden llegar a los 10.000.
En total, comprando una entrada, tres cervezas, una hamburguesa, un refresco y dos tostones un larense podría gastar 65.000 bolívares de 136.544 que estipula el salario mínimo.