William Croes | LA PRENSA.- Plomeros particulares han tenido un año activo en zonas del oeste y centro de la ciudad. Destapar las cloacas y bocas de visita los tiene con chamba, porque cada vez son más las personas que se inclinan por sus servicios ante las demoras en la atención por parte de las cuadrillas de las contratistas de Hidrolara.
En años anteriores, las mayores atenciones que tenían los plomeros particulares consistían en destapar lavaplatos, pocetas y desagües internos. Pero últimamente los sistemas de aguas negras se han saturado con mayor frecuencia y los plomeros le han echado de una u otra manera una mano a Hidrolara que se ha visto mermada y con limitaciones en brindar respuesta por el tema inflacionario.
“En El Garabatal es una fija que nos llamen entre tres y cuatro veces cada tres meses para que destapemos cañerías”, expresa Alexander Orellana, uno de los plomeros que tiene como punto la carrera 23 con esquina de la calle 26, lugar donde se reúnen gran parte de las personas que se encargan de desempeñar dicho oficio.
Orellana manifiesta que las personas se inclinan por sus servicios luego de que tiran la toalla con el servicio de Hidrolara. Las cuadrillas demoran mucho para atender los casos de colapso de aguas negras, y por ende optan pagar entre 35 y 120 mil bolívares para hacer estos trabajos, aunque los plomeros particulares tengan ciertas restricciones.
La mayor restricción que tienen los plomeros particulares es que no pueden perforar la calle para reparar colectores principales. Se tienen que limitar a destapar los puntos de las casas y algunas bocas de visita. “Contamos con la maquinaria para hacer grandes trabajos, al punto que en ciertas ocasiones las contratistas que les trabajan a Hidrolara nos han pedido la colaboración por nuestro servicio”, indica Xavier Rendón, un plomero.