Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- «Qué queremos?, que reactiven los trasplantes en Venezuela», se escuchó desde las escaleras del Obelisco, con varios escalones ocupados por pacientes renales y terminaban ondeando el tricolor nacional. Una súplica de esa campaña por los más de 4 años de paralización de este programa y que condena a la dependencia del riñón artificial. También sentencia a muerte a 3 pacientes al mes en cada unidad de diálisis, mientras se asocia a otras enfermedades, sin considerar el calvario de intentar sobrevivir padeciendo insuficiencia renal.
Esta concentración se realizó ayer en la mañana con participantes que han hecho todo el esfuerzo por conseguir los recursos para los exámenes, tanto del paciente como del donante y que terminan vencidos por la falta de respuesta del Estado, sin la capacidad de garantizar los inmunosupresores. Una crítica que se extiende a la falta de dotación desde el seguro social (IVSS).
Héctor Colmenares, presidente de la Fundación Amigos del Paciente Renal de Lara (Fundaprel), lamentó que agosto cerró con 3 niños fallecidos del hospital J.M de Los Ríos, en Caracas, quienes aún estando hospitalizados no tuvieron el acceso a la vida a través del trasplante. «Venezuela no garantiza y termina como una carnicería de pacientes condenados a morir. Sólo a mantenernos en diálisis», lamentó de ese aproximado que supera los 387 decesos a nivel nacional, contemplando la muerte en progresivo en las 129 unidades de diálisis en el país.
De allí, la necesidad por sensibilizar y exigir ese derecho a llevar una vida con normalidad. Confirma que la próxima semana se reunirán con Javier Cabrera, director regional de Salud, para tener respuesta de una posible alianza con Ascardio para agilizar este proceso que puede ser de provecho para los 1.250 dializados en Lara, de los cuales el 70% son jóvenes. También tienen previsto entregar una solicitud por escrito ante la Asamblea Nacional y sea de más rápido conocimiento ante el Gobierno.
Sus bríos no decaen, si escuchar las esperanzas de Tania Martínez acerca de su hija Génesis, de 24 años, y quien lleva 3 bajo las diálisis. Ella está aferrada a un futuro de poder tener un enlace con organizaciones en España y así concretar el trasplante de su hija. «Nos tocará salir porque aquí sólo hay más desgaste», precisa en tono de esperanza.
El caso de Yenifer Mendoza detalla lo costoso del proceso de preparación, con exámenes básicos que superan los $30, además de otros especializados con tipiajes sanguíneo, ecos y otros que aplican para el paciente como para el donante y que logran realizarlos por lo recaudado en rifas y colaboraciones. Lo más triste, es la posibilidad que pierdan vigencia y toque repetirlos.