Osman Rojas | LA PRENSA.- El teléfono se ha convertido en su mejor aliado, aunque día tras día se acuesta decepcionado por una llamada que no termina de recibir a la espera que desde Caracas, Maracaibo, Valencia o cualquier ciudad del país le llamen para decirle que hay inmunosupresores, vive Javier Parra desde hace un años y ocho meses.“Mi hijo tiene siete años y sólo necesitamos que alguna institución nos garantice un año de tratamiento para llevarlo a pabellón.Lamentablemente los inmunosupresores no aparecen y sin eso no lo vamos a operar porque los médicos dicen que el riñón puede ser rechazado por el organismo” dice con tristeza Parra.
Esta es la historia de un niño de siete años que lucha todos los días suplicando que el medicamento aparezca primero que la muerte. Como éste caso hay más de 600 en el estado. La paralización total de los trasplantes de riñón tiene contra las cuerdas a los pacientes renales quienes ven cómo la vida se les va por la falta del fármaco.
Jackeline Pérez, presidenta de la Asociación Venezolana para el Deporte y la Salud de los Trasplantados y en Situación de Trasplante (Avedestras), denunció las condiciones en las que se encuentran los pacientes e hizo un llamado a las autoridades para que se tomen cartas en el asunto pues la lista de enfermos que necesitan un trasplante es cada vez mayor.
“Ya son más de cuatro mil”, dice Pérez con lamento y desesperación. Explica que en lo que va de año los seguros sociales a nivel nacional no han distribuido los medicamentos que los pacientes trasplantados necesitan.
“Nos estamos muriendo de mengua y eso no lo podemos permitir”, dice Pérez.
Hoy se celebra a nivel mundial el día del riñón; sin embargo, en Venezuela hay más razones para llorar que para festejar pues la taza de mortalidad en pacientes renales aumentó en un 10 por ciento en los últimos 14 meses.
“En dos meses la unidad de diálisis de Caracas tiene más muertos este 2017 que los que se registraron en el 2014”, lamentó la diputada María Teresa Pérez al ser consultada.