viernes, 22 noviembre 2024
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Miedo acorrala a habitantes del Norte

Ana León | LA PRENSA.- En los sectores Andrés Bello y Prados del Norte el hampa es el que man­da. La inseguridad ha obligado a los vecinos a encerrarse en sus casas mientras que otros han optado por abandonar las viviendas, pues el temor de ser víctimas de la de­lincuencia desatada en la zona los lleva a tomar medidas extremas.

Desde robos a las vi­viendas hasta atracos a mano armada se ven casi a diario en ambos secto­res ubicados al norte de la ciudad. Muchas de las víctimas no presentan las denuncias ante las auto­ridades por temor a re­presalias. Sin embargo, han tomado medidas ex­tremas de seguridad, co­mo colocación de cercos eléctricos y muros altos, para blindar sus casas y evitar el ingreso de delin­cuentes.

“Aquí se meten en tu casa, te amarran las ma­nos y los pies, se llevan tus cosas y nadie dice na­da. Fíjese que aquí no hay presencia policial. Solo pasan por aquí si van a Uribana o si hay al­gún muerto. De resto ni se acercan”, denunció una vecina del sector An­drés Bello que no propor­cionó su nombre por te­mor a represalias.

“Yo tenía un vecino que se mudó porque a su casa le llegaron tantos malan­dros y lo tenían tan ase­diado que no aguantó y se fue con su familia sin decir a donde. Ya van co­mo cuatro igual a él, otros solo vienen los fi­nes de semana”, comen­tó otro habitante del sec­tor Prados del Norte.

Cuando se caminó por las calles de ambos secto­res se sintió una gran so­ledad pues ni las masco­tas sacan a pasear, y cuando se conversó con algún vecino, que por ca­sualidad atendió el lla­mado de la prensa, se pu­do percibir el miedo con el que viven en la zona.

“Aquí hay un señor que levantó un muro como de tres metros, le puso cerco eléctrico y el día menos esperado en una pollera del sector, lo in­terceptaron y se lo lleva­ron hasta su casa donde lo amarraron y le sacaron lo que pudieron. Eso fue hace como dos meses y desde entonces tiene miedo de salir”, dijo un habitante de Prados del Norte, quien añadió que hasta lo bombillos de las casas se están robando para dejar las calles oscu­ras.

Los vecinos intentan or­ganizarse pero lo único que les ha funcionado es un toque de queda au­toimpuesto. Después de las 6:00 pm no hay gente en la calle pues saben que nadie se salva del hampa.

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