José Miguel Najul| LA PRENSA.- La reestructuración de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) podría no generar un efecto de inmediata adhesión en el pueblo. Los conflictos, las derrotas morales sistemáticas y las decisiones a destiempo han provocado que la credibilidad baje y, por ende, se retrase el efecto de un cambio.
“Es un cambio que se hace a destiempo. No está mal que lo hagan, porque la MUD es una de las instituciones que tiene menos credibilidad, llegó a un 7% según Datanálisis. Pero requieren de más tiempo, no en la inmediatez, para recuperar la confianza perdida de la sociedad”, explica el politólogo Yosberth Vázquez.
Asegura que el problema se profundizó por la incapacidad en la toma de decisiones del G-4, grupo compuesto por Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo, Voluntad Popular y Acción Democrática, y l operador político, que es Jesús “Chúo” Torrealba, como secretario ejecutivo de la alianza.
Sin embargo, en el seno de la MUD se esperan cambios sustanciales.
Berryz Sabino, representante del Movimiento Progresista frente a la MUD de Lara, considera que partidos que han ido creciendo últimamente tienen oportunidad de incorporarse de manera más activa en las estrategias y las decisiones de la coalición opositora.
“Nosotros somos el quinto partido en la MUD y debemos ser incorporados”, expresa Sabino.
Por su parte, Marisol Bustamante, politóloga y miembro de Proyecto Venezuela, considera que lo esencial es ampliar la base de participación en la toma de decisiones. El tema comunicacional también es importante porque, para Bustamante, más allá de la heterogeneidad de la MUD, debe haber cohesión en la estrategia y la imagen pública que se maneja.
Sin embargo, no considera que sea apropiado establecer mecanismos de sanción para quienes se excedan, porque podría inhibir la participación de otros sectores sociales (que, al parecer, también serán incorporados) y políticos cuando la intención de la Unidad debería ser la de tratar de potenciarlas.