José Daniel Sequera | LA PRENSA.- “Yo compré hace 1 semana, 2 kilos de tomates por 2 mil bolívares, pero yo veía la bolsa muy liviana. Pesé la bolsa en mi casa y vi que me habían vendido solamente 800 gramos. Ya no creo en esos estafadores”, sentencia de manera mordaz Iris Torrealba. Tal cual como Torrealba, muchas personas están evitando comprar alimentos embolsados en la calle, porque los comerciantes que venden por peso les están metiendo gato por liebre, y les venden mucho menos por lo que ellos pagan.
Sin embargo, los comerciantes alegan que ellos no son tan tramposos como la gente quiere hacer ver, pero ellos no venden con peso porque es un “estorbo” para ellos en su sitio de trabajo, sea informal o no.
Manuel Ricaurte, quien vende caraotas negras en la avenida Vargas, dice que él vende lo más legal posible porque no quiere que la gente se le vaya y no le compre más.
“Yo vendo el peso que marca la bolsa, porque yo soy un comerciante extremadamente serio. Si no lo hiciese, tendría muy mala fama y no me haría bien para el negocio”, afirma Ricaurte. A la interrogante sobre el porque no tenía peso lo que respondió es que no tiene de cargar con eso encima.
“Si la gente se pone cómica yo le digo “señor sea claro, tómelo o déjelo” y ahí se les quita todo”, manifestó el informal.
Y esta práctica de poner en tres y dos a quienes quieran comprar algo, lo están extendiendo de manera veloz entre los comerciantes de la ciudad. Un comerciante que decidió no dar su nombre, dijo que él utiliza ese recurso para que las personas que andan indecisas se decidan a trabajar. “Sin embargo, todas mis bolsas de 100 gramos las puede ver y verá que todas son de tamaños y pesos son casi iguales” dice el vendedor, quien se ubica en la calle 26, en las adyacencias de la Alcaldía de Barquisimeto.
Por otra parte, muchas personas encuestadas afirman que esta práctica hace que ellos se vayan ahuyentados al no estar completamente seguros de lo que vayan a comprar.
Para Alexdis Vásquez, quien se encontraba a las afueras de una frutería, dice que la práctica de vender algo con un peso “chimbo” es un recurso que comerciantes utilizan para beneficiar sus bolsillos.
“La gente que venden bolsas a precios que no corresponden a su peso es algo que debería estar penado”, afirmó Vásquez, quien dijo además que ella siempre está pendiente de que no le hagan un chanchullo con algún peso.
Asimismo, algunos encuestados afirman que la Alcaldía tiene que estar más encima de estos comerciantes, en especial los ubicados en los mercados municipales, porque al final quien se ve afectado es el bolsillo de las personas, sin contar con la falta moral y ética que conlleva esto.