viernes, 22 noviembre 2024
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Informales aplican el “tómalo o déjalo”

José Daniel Sequera | LA PRENSA.- “Yo compré hace 1 se­mana, 2 kilos de tomates por 2 mil bolívares, pero yo veía la bolsa muy livia­na. Pesé la bolsa en mi casa y vi que me habían vendido solamente 800 gramos. Ya no creo en esos estafadores”, sen­tencia de manera mordaz Iris Torrealba. Tal cual como Torreal­ba, muchas personas es­tán evitando comprar ali­mentos embolsados en la calle, porque los comer­ciantes que venden por peso les están metiendo gato por liebre, y les ven­den mucho menos por lo que ellos pagan.

Sin embargo, los co­merciantes alegan que ellos no son tan trampo­sos como la gente quiere hacer ver, pero ellos no venden con peso porque es un “estorbo” para ellos en su sitio de trabajo, sea informal o no.

Manuel Ricaurte, quien vende caraotas negras en la avenida Vargas, dice que él vende lo más legal posible porque no quiere que la gente se le vaya y no le compre más.

“Yo vendo el peso que marca la bolsa, porque yo soy un comerciante ex­tremadamente serio. Si no lo hiciese, tendría muy mala fama y no me haría bien para el nego­cio”, afirma Ricaurte. A la interrogante sobre el porque no tenía peso lo que respondió es que no tiene de cargar con eso encima.

“Si la gente se pone có­mica yo le digo “señor sea claro, tómelo o déje­lo” y ahí se les quita to­do”, manifestó el infor­mal.

Y esta práctica de poner en tres y dos a quienes quieran comprar algo, lo están extendiendo de manera veloz entre los comerciantes de la ciu­dad. Un comerciante que decidió no dar su nom­bre, dijo que él utiliza ese recurso para que las per­sonas que andan indeci­sas se decidan a trabajar. “Sin embargo, todas mis bolsas de 100 gra­mos las puede ver y verá que todas son de tama­ños y pesos son casi iguales” dice el vende­dor, quien se ubica en la calle 26, en las adyacen­cias de la Alcaldía de Bar­quisimeto.

Por otra parte, muchas personas encuestadas afirman que esta práctica hace que ellos se vayan ahuyentados al no estar completamente seguros de lo que vayan a com­prar.

Para Alexdis Vásquez, quien se encontraba a las afueras de una frutería, dice que la práctica de vender algo con un peso “chimbo” es un recurso que comerciantes utili­zan para beneficiar sus bolsillos.

“La gente que venden bolsas a precios que no corresponden a su peso es algo que debería estar penado”, afirmó Vás­quez, quien dijo además que ella siempre está pendiente de que no le hagan un chanchullo con algún peso.

Asimismo, algunos en­cuestados afirman que la Alcaldía tiene que estar más encima de estos co­merciantes, en especial los ubicados en los mer­cados municipales, por­que al final quien se ve afectado es el bolsillo de las personas, sin contar con la falta moral y ética que conlleva esto.

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